Page 118 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
P. 118

1 1 8                 EL  MUNOQ  HELENÍSTICO

      distinción entre los pretextos y las auténticas causas de las guerras. Entre
      estas ultimas, da una importancia primordial a la acción de fuertes per­
      sonalidades,  como Aníbal o Escipión, a las instituciones y costumbres
      (estima que la rivalidad entre Rofiia y Gartago era inevitable, debido a
      una suerte de deternijbisrao), a los factores ecoBÓmícos (muestra perfec­
      tamente el papel desempeñado en tó políúet romana por el mercado de
      capitales, la bolsa y los negotiatores), alos factores sociales (msiste en la
      importancia  de la  oligantropía  en  el  declive de Grecia), Así,  pam él,
     la historia ya no es la narraeión de hechos particulares, sino uiia obra de
     inteligencia orientada hacia la práctica.
         La mejor manera de hacerle justicia a Polibio, subraya BBédech, es
     comparándole con los sabios que iluminaroB aquella época: MmtéBtmts,
     Grates, Agatárquides. A todos estos sabiosv como también a Polibio, los
     animaban  idénticos móviles: «La curiosidad, el  amor por la razón,  el
     gusto por la exactitud y la precisión, el sentido de la síntesis y la fe en la
     ciencia»,
        A pesar de esta preocupación constante por la explicación racional,
     Polibio invoca a menudo a la Casualidad o Fortuna (lykhé), P em m  evi­
     dente que no admite, en historia, ni el azar-ni la providencia. L&Tyáhé,
     pues, representa una especie de residuo y, en lo posible, Polibio busca
     causas humanas para los acontecimientos humanos: asi, desde su punto
     de vista, la conquista romana es el resultado de un plan concertado y de
     las cualidades excepcionales de una ram    :  :



        Partiendo de semejantes principios, Polibio dejó una obra de inne­
     gable rigor. Su documentación era de primera mano: participó en mu­
     chos acontecimientos y estuvo en condiciones de conocer muchos más,
     especialmente en Roma, entre el círculo de los E scipiones, de quienes
     era amigo. Su principal fuente efe información, y a la que mas atendías
     era la experiencia  personalv Por otra parte, viajó mucho a Occidente
     (Etruria, Cisalpina, Alpes, Hispgniây e ineluso hizo que Escipión le con­
     fiara unas naves para bordear ks costas atlánticas de África) y Egipto, de
     modo que tuvo una práctica directa con los lugares en los que transcu­
     rre su narración. Pero también había leído mucho, a antecesores y con­
     temporáneos, tanto a analistas latinos como a historiadores, geógrafos y
     filósofos griegos, Finalmente, también tuvo acceso a documentos de ar­
     chivos, especialmente a ht tabula del pontífice máximo y a los archivos
     de Perseo, llevados a Roma después de Pidna.
   113   114   115   116   117   118   119   120   121   122   123