Page 130 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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130                   EL  MUNDO HELENÍSTICO


      La investigación matemática

         Las matemáticas conservaban su primacía y, más alia de los induda­
      bles progresos que realizaban, servían cada vez más ampliamente para
      dar cuenta del universo.
         Euclides, llamado a Alejandría por Tolomeo So ter, redacto bada el
      300 los  13  libros  de sus Elementos. Qtg&nïzà todas ías irwestigacioiies
      precedentes, a las que anadió las suyas propias (especialmente la distin­
      ción del 5° postulado, que lleva su nombre) y se valió de un método total­
      mente sistemático, que pasaba délo simple a lo complejo mediante largas
      series de demostraciones a partir de principios básicos; La importancia
      histórica de su obra no debe subestimarse, ya que proporcionó la sólida
      base de todo el saber humano en la materia hasta la re c i^
      las nuevas matemáticas.
         Hacia el 200, Apolonio de Perga (262-190) enseñó en Alejandría y
     en Pérgamo, y recibió el nombre dé «gran geómetra»; Sus trabajos se
      centraban, sobre todo, en el valor de it y en las secciones cónicas, de las
      que ofreció la primera definición racional.
         Arquímedes de Siracusa (287-212) también se interesó; por las mate­
      máticas, especialmente por el número 7t (fijó su valor en 3,1416), la esfe­
      ra (demostró que el volumen era igual al tercio del volumen del cilindro
     exinscrito), el cilindro y las secciones cónicas, y fundó la mecánica racio­
      nal y la hidrostática. Pero, junto a esa obra teórica deslumbrante, desple­
     gó un genio extraordinario en el ámbito de la mecánica práctica: inventó
     palancas, juguetes mecánicos, máquinas ele asedio, y dio su nombre al
      tornillo sin fin de Arquímedes, concebido en Egipto para las necesidades
     de irrigación. Ello prueba la nueva afición por ios perfeccionamientos de
     la técnica, que también aparecen en Alejandría, con una pléyade de ex­
     celentes ingenieros, entre ellos Sóstratí) de Gaido, el arquitecto del Faro.
         También la astronomía se benefició de los progresos de las matemáti­
     cas. La extensión del mundo conocido despertó, por otm  parte, un nuevo
     interés por la Tierra, su forma, su lugar en el universo yLsu movimiento.
     Eratóstenes de Cirene, bibliotecario en Alejandría durante el reinado de
     Evergetes, creó la geografía matemátiea. Midió la longitud del meridiano
     terrestre con un método muy sencillo: Siena {Syene, en la Tebaida) y Ale­
     jandría estaban, aproximadamente, en el mismo meridiano; el día del sols­
     ticio de verano, los rayos del sol caían perpendicularmente sobre Siena,
     que estaba debajo del trópico; aquel mismo día, en Alejandría, los rayos
     formaban con la vertical un ángulo que Estrabón midió por medio de un
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