Page 164 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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164                   EL  MUNDO HELENISTICO


      libro de cuentas de un sectario de Adonis,  permite reconstruir indirec­
      tamente las adornas, celebradas en la campiña por un humilde griego:
      después del baño de purificación y de ia tonsura ritual, vinculados a la
      liturgia de Isis, llega la jornada de alborozo de la hietogamia, celebrada
      con abundantes ágapes; luego, k  jomada de duelo y abstinencia, en con­
      memoración de los funerales del dios; y, finalmente, la de los misterios,
      en que se interpreta la sagrada pantomima de la resurrección.
         En  todas  partes  aparecen sincretismos semejantes,  El mencionado
      Himno a Isis identifica a la diosa con Deméter, En Délos hay una dedica­
      toria a una Isis Soteira (Salvadora) Astarté Afrodita, es decir, a una diosa
      de la salvación griega, semítica y egipcia al mismo tiempo. Una confusa
      aspiración monoteísta tendía a reunir en la persona de Isis a todas las dei­
      dades femeninas del Mediterráneo oriental. No faltaba mucho para que
      Apuleyo, en la admirable invocación del libro 11 de las Metamorfosis, la
      presentara como un poder universal, honrada bajo los nombres más di­
      versos.



      Hermetismo y magia:

         También aparecieron nuevas formas de pensamiento religioso. Nin­
      guna fue tan importante como ei hermetismo, que torna su nombre de
      Hermes, el equivalente helénico del Tot egipcio, dios benévolo, escriba
      de los Infiernos, inventor de la escritura jeroglífica y dispensador de co­
      das las ciencias sagradas, medidor del tiempo y escritor del destino, que
      sabía pronunciar las invocaciones en ei tono deseado, y que, según los
      teólogos de Hermópolis, incluso era el creador del mundo gracias a su
      voz demiúrgica y a su aliento, que hacía nacer a todas las cosas. Esas es­
      peculaciones sobre el Verbo recuerdan las de los griegos sobre el Logos
      o las de los judíos alejandrinos sobre la Sophia: Hermes se merece de so­
      bra ser proclamado Trtmegisto (el tres veces grande).
         Por ser Tot el inventor de la escritura, era normal que se atribuyeran
      a Hermes-Tot los libros más antiguos, y a él se remonta, según Clemen­
      te de Alejandría, la literatura sagrada de Egipto, en tanto que autor de
      42 libros, 36 sobre filosofía y 6 sobre astrologia y medicina. Los tratados
      herméticos que se conservan son, sin duda alguna, de época romana, pe­
      ro se remontan a la época helenística, como ha demostrado A.-j. Pestu-
      giére. En dichos textos, los especialistas no se ponen de acuerdo sobre
      lo que es egipcio, griego, o incluso iraní. En todo caso, la parte de las an-
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