Page 168 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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     de las simples, que aparece en ios papiros mágicos: «Te cojo, planta, con
     los cinco dedos de la mano y te llevo conmigo para que ejerzas tu poder
     para el uso que quiero hacer de ti» {Papiros mágicos griegos, 4, 287).
        También la alquimia hunde sus raíces en la época helenística.  Las
     máximas de Hermes y de Agatodemón son fórmulas unidas por una fi­
     losofía bastarda, a partir clel principio de la mutación dé los metales, de
     acuerdo con la inmutabilidad del mundo, representada por el fénix que
     muere para  renacer y  asegura la eternidad  con  su perenne renovatio.
     Hermes hizo suyas las tradiciones persas de Zoroastro y Ostanes y la ju­
     día de Moisés.  La alquimia, organizada por Bolos de Mendes hacia el
     200, era muy práctica, ya que intentaba transformar los metales comu­
     nes en oro y plata mediante distintos procedimientos, como la tintura, la
     aplicación de un barniz, o la producción de aleaciones. Habría que es­
     perar a Zósimo (siglo III d,C.) para que se instituyera un auténtico mys-
     terion del alquimista en busca del famoso mercurio filosofal, vivificador
     de todos los metales*



     Nuevas cofradías

        Los adeptos a los nuevos dioses se agrupaban en comunidades cul­
     tuales. Mientras que, para las divinidades políades, el marco de culto era,
     por definición, la ciudad, en este caso se trata de asociaciones gentilicias,
     verdaderas cofradías en las que los fieles se juntan porque han elegido li­
     bremente adorar a un mismo dios.
        Griegos y bárbaros, ciudadanos y extranjeros se entremezclaban en
     ellas. Aunque a veces los esclavos se agrupaban entre sí (como los com-
     petalíastas de Délos),  la  mayoría de las  cofradías  recibían  por igual a
     hombres libres y esclavos. Mujeres y hombres eran iguales, e incluso los
     niños eran admitidos como escolanos. Hay que imaginarse el poderoso
     elemento de unificación que representaban tales asociaciones: al mundo
     clásico, donde la oposición entre griego y esclavo era absoluta y donde
     la mujer era menospreciada, le sucede un mundo nuevo, donde tos an
     tagonismos desaparecen, donde todos ios hombres se sienten hermanos,
     ya que todos aman a un mismo dios y esperan de él idéntica salvación.
        Había diferentes tipos de cofradías. Los orgeones, con muchos si­
     glos de existencia,60 adoraban a los héroes protectores, pero des a pare­


        60.  Parece que están  mencionados en k s .tablillas mkénicas.
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