Page 172 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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172                    EL MUNDO HELENÍSTICO

     pese a los indudables progresos materiales, especialmente la difusión ge­
     neral de la metalurgia del hierro. El antiguo sistema colonial fue el que
     permitió  a los  griegos introducir sus  productos  casi por todas partes,
     abasteciéndose a su vez de productos alimenticios o materias primas, y
     permitiendo al helenismo imponerse progresivamente, al menos en las
     regiones más cercanas al Mediterráneo y al mar Negro.


     Las colonias de la Póntica septentrional


        El helenismo continuó sólidamente implantado en el Ponto pese a
     las migraciones de nuevas tribus iraníes,1 como los sármatas, que, pro­
     cedentes de la región comprendida entre el Don y el Ural y de las este­
     pas asiáticas, en los siglos III y II, reemplazaron a los escitas en todo el li­
     toral norte. Los escitas quedaron entonces confinados en Crimea, en los
     alrededores de su nueva capital, Neápolis, y en los cursos inferiores del
     Dniéster y del Bug.
        Hubo al menos una ciudad que padeció gravemente las consecuen­
     cias de aquellos grandes desplazamientos: Olbia, que, asediada en nume­
     rosas ocasiones, tuvo que pagar grandes tributos hasta que en el siglo III
     cayó ante los escitas y, hacia el año 50, fue destruida por los getos. La si­
     tuación en Crimea fue, al principio, menos problemática. En el siglo II, se
     estableció una nueva Tanais en la abrupta orilla derecha de la desembo­
     cadura del Don. Todas las ciudades construyeron magníficas residencias,
     mucho mayores que las que habían tenido en el pasado: en Quersoneso,
     una casa helenística incluye un baño decorado con un mosaico, realizado
     seguramente por un artista local, que representa a dos bellas jóvenes des­
     nudas a ambos lados de una pila en la que se refleja un pájaro.
        El antiguo reino del Bosforo2 conservaba su estructura de la época
     clásica y unía ciudades griegas y una khora bárbara.3 Alcanzó su apogeo
     a finales del siglo IV y principios del III, cuando sus exportaciones de ce­
     reales alcanzaron su cota máxima. En el siglo II hubo una clara recesión
     debido a la competencia del trigo egipcio y a la presión del reino escita


        1.  Sobre las grandes migraciones de los iraníes en el siglo ni, véanse las págs. 46-47.
     Sobre los sármatas de Asia, véase la pág. 233.
        2.  Se trata, lógicamente, del Bosforo cimerio (estrecho de Kertsch),  reino creado,
     en el 480, alrededor de Panticapea, la capital. Hay que distinguirlo del Bosforo tracio (el
     europeo).
        3.  Así pues, desde la época clásica, ya prefiguraba los reinos helenísticos.
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