Page 176 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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176                   EL MUNDO HELENISTICO


      cajes, los animales ceden su lugar a auténticas escenas vinculadas a la vi­
      da de Aquiles,10 con algunas particularidades locales curiosas  (el héroe
      aprendiendo a tirar con arco debió de ser una concesión a las costumbres
      autóctonas). No podemos dejar de pensar que esa transformación artísti­
      ca no es ajena a la evolución religiosa hacia el antropomorfismo.
         Por otro lado, el arte grecoescita se dedicó progresivamente a repre­
     sentar escenas típicamente locales: batallas, cría de caballos, héroes tiran­
     do con arco, luchando o bebiendo en un ritón, un jinete persiguiendo a
     una liebre. Pero no debemos verlas simplemente como relieves pintores­
     cos que tratan de dar un color local a la vida de la estepa, por más que los
     artistas griegos que realizaron los primeros bocetos lo hicieran, induda­
     blemente, con ese espíritu, característico de la época helenística. Hay se­
     rias razones para creer que los escitas veían en esas escenas la ilustración
     de antiguas sagas que exaltaban los grandes acontecimientos de la raza.
         2.   Los sármatas, a su vez, se helenizaron con un retraso muy lógico
     respecto a los escitas. En los kurganes del Volga, especialmente en No­
     vocherkassk (siglo I antes de nuestra era), se han hallado objetos de me­
     tal precioso que demuestran la aparición de un arte grecosármata, muy
     próximo al arte grecoescita:  brazaletes y cilindros  de oro incrustado y
     copas  de plata, en cuyo interior destaca, sobre un fondo realzado,  un
     medallón adornado con magníficas escenas que representan a una ne­
     reida con un hipocampo o las vendimias.


     La región balcánico-danubiana

         La región balcánico-danubiana estaba habitada por los tracios al es­
     te, los ilirios al oeste, y los getos y los dacios al norte. Desde hacía mucho
     tiempo, su gran proximidad con Grecia había facilitado la expansión co­
     mercial y cultural del helenismo que, pese a la conmoción sufrida por las
     invasiones celtas, aún se desarrolló en la época helenística. Asimismo, ca­
     be distinguir cuidadosamente entre la vertiente occidental y la vertiente
     oriental.
         Iliria fue muy poco permeable. Es cierto que las colonias griegas de
     la costa, Epidamos y Apolonia, seguían progresando, pero estaban se­


         10.   El mito de Aquiles es uno de los que pudieron ser introducidos por los griegos
     entre los habitantes del Ponto (estancia del héroe en la isla Blanca). Fue honrado con la
     epiclesía de Pontarkés («maestro del Ponto»).
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