Page 179 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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MÁS  ALLÁ  DE  LAS  FRONTERAS  POLITICAS  179

      no. El movimiento prosiguió en la segunda edad del Hierro (época de
      La Téne), sobre todo durante los dos primeros períodos (La Tène I, en­
      tre 450 y 250, y La Tène II, entre 250 y 100), en los que el mundo celta
     vivió su apogeo; con La Tène III (siglo i) empieza cierto declive. Las ru­
      tas de penetración eran las mismas, pero la expansión gala hacia el sur
      permitió unos contactos más fáciles y fecundos. La parte occidental de
     los dominios celtas se orientó cada vez más hacia el Mediterráneo, y la
      senda del Ródano, gran ruta del estaño, recuperó, después de la crisis de
     la época clásica, la importancia del período arcaico.
         Los objetos griegos, numerosos en el mundo celta, son testimonio de
      aquel comercio. Los marselleses también importaban abundante coral ro­
     jo, originario de las islas de Hyères, del que el arte galo hizo un gran uso.
     Las monedas griegas, sobre todo las piezas de Marsella, circulaban por to­
      da la Galia, salvo al oeste de una línea que iba desde la Normandía occi­
      dental hasta la desembocadura del Garona, lo que no significa, por otra
     parte, que el comercio marsellés penetrara directamente en toda la Galia, si­
     no que las acuñaciones marsellesas servían a menudo para el tráfico entre
     los propios galos. Algunas tradiciones curiosas, que demuestran la extensa
     difusión del helenismo, deben de remontarse a esa época: así, Tácito atri­
     buye a Ulises la fundación de Asciburgium (Eschenburg, en la confluencia
     del Ruhr y del Rin, un importante centro en la ruta del ámbar y del estaño).
         Ningún terreno se vio tan alterado como el del arte. Es cierto que los
     celtas raramente representaban la figura humana, y las pocas obras de al-
     torrelieve que han llegado hasta nosotros están poco influidas por el hele­
     nismo. Pero el arte decorativo produjo piezas excelentes: armas de parada,
     joyas de oro, de coral, de esmalte y de bronce, vasos de bronce y vajillas de
     barro. Se utilizaban motivos griegos, especialmente hojas, palmetas y fo­
     llaje, que se fueron transformando progresivamente, enriqueciéndose a ba­
     se de dibujos curvilíneos harto extravagantes: las espiras reemplazan a las
     hojas de las palmetas, el follaje acabó convirtiéndose en un doble espiral,
     la decoración vegetal fue cambiando por mediación de una fantasía alegre,
     amante de la curva, la asimetría y la geometría abstracta.
         Con los intercambios, se desarrolló la economía monetaria, vinculada
     también a Grecia en la región balcánico-danubiana, y que se extendería
     ampliamente por todo el dominio celta, desde Hungría hasta Gran Breta­
     ña. En la Galia,12 en el siglo II, algunos pueblos, como los arvernos, imita­

         12.   Esta nueva cronología de las emisiones galas procede de los trabajos de J.-B.
     Colbert de Beaulieu.
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