Page 184 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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184                   EL  MUNDO HELENÍSTICO

     segura (museo de Munich), y monedas de plata acuñadas a nombre de los
     glánicos. Las tumbas de los galos helenizados están marcadas con estelas
     que muestran inscripciones galo-griegas.
        En el siglo II, el lugar se romanizó tras la ocupación del país por parte
     de las tropas de Mario. En el período grecorromano (Glanum II, 100-40),
     las casas se hacen de piedra irregular, el atrio reemplaza al peristilo y apa­
     recen los mosaicos.17 Hacia el 40, tras la toma de Marsella (Glanum III),
     las construcciones ya son de piedra regular y mortero. Era ya una ciudad
     romana, a la que Augusto dotó de bellos edificios.
        La implantación de una colonia en el interior parece un caso único.
     Pero sólo el comercio puede explicar la rápida helenización de los celta-
     ligures. Se introdujo el cultivo del olivo y de la viña —muy limitado, por
     otra parte— . Los oppida fueron fortificados siguiendo técnicas griegas,
     con muros bien aparejados que contrastan con los de las murallas de la
     Galia vellosa. El culto a Dionisos se propagó a la par que la afición al vi­
     no. Los celtas empezaron a escribir su lengua en alfabeto griego: en Pro-
     venza subsisten cerca de cuarenta inscripciones galo-griegas muy enig­
     máticas, como las célebres dedicatorias a las Madres (diosas galas de la
     Fecundidad) de Glanum.
        Se  formó,  sobre  todo,  un  arte  céltico-griego,  conocido  principal­
     mente por los descubrimientos de Entremont y de Roquepertuse. Los
     temas son celtas, pero la técnica está vinculada a los griegos. Ciertamen­
     te, la escultura sigue siendo bastante bárbara, y es sorprendente que, ha­
     biendo surgido en los siglos III y II, a menudo recuerde la de la época ar­
     caica griega, como si los escultores principiantes se hubieran encontrado
     ante los mismos problemas y hubieran recurrido a las mismas conven­
     ciones para solucionarlos. Pero sólo hay que comparar esas piezas célti-
     co-griegas con las esculturas puramente celtas, como la cabeza hallada
     en Msecke-Zebrovic (Bohemia), con su extraña estilización, o incluso el
     dios del jabalí de Euffigneix (Haute-Marne), para ver los decisivos pro­
     gresos realizados bajo el influjo mediterráneo.



        La influencia helénica es especialmente visible en el oppidum princi­
     pal de los salios, Entremont, destruida por los romanos en el 122. Sobre
     una plataforma  triangular  acordonada por  una muralla,  se  desarrolló


        17.   Reconstrucción de la casa del Capricornio y de la casa de Sila, que ofrecen los
     primeros ejemplos de mosaico en la Galia.
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