Page 41 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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LOS  ESTADOS  HELENÍSTICOS            41

     dro que no tuvo la suerte de morir de malaria, a ios 32 años, en la flor de
     la vida.
        La tentativa de Pirro fue el ultimo esfuerzo del helenismo en Occi­
     dente. Si fracasó no fue porque ia tarea le sobrepasara, sino porque, a
     pesar de pequeños sobresaltos, ní los tarentmos ni los siracusanos esta­
     ban decididos realmente a ir a una lucha feroz, que les hubiera exigido
     renunciar a sus placeres y comodidades. Como un fruto demasiado ma­
     duro, ei Occidente griego se sometió a la fuerza de Roma.
        En la Magna Grecia, la perdida de la independencia fue casi inme­
     diata. Tarento capituló (272) cuándo las tropas epirotas dejaron de apo­
     yarla. «Tarento vencida, ¿quién podrá tener aún valor?» (Publio Annio
     Floro 1, 13). Una tras otra, todas las ciudades se rindieron, y Locros se
     humilló hasta el punto de celebrar en sus monedas ia Pistis (buena fe) de
     Roma.


     Sicilia en tiempos de Hierón II (¿275?-2l5)  .................-  *  '  ‘  *"■■■'
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        Por el contrario, Siracusa dispuso todavía de algunas décadas de inde­
     pendencia que aprovecharía al máximo durante el reinado de Hierón II.
        Hierón se impuso por sus innegables cualidades personales. Era un
     hombre, culto que escribía libros de agronomía, pero también era un sol­
     dado valiente, que a sus 90 años todavía fue capaz de batirse. Ante todo
     era un diplomático acostumbrado a moverse entre los poderes que ace­
     chaban Sicilia.
        Instauró su autoridad en Siracusa tras derrotar a ios mamertinos y
     recibió ei título de rey. Su reino no era grande, pero él lo administró a la
     manera de los soberanos helenísticos. Del Egipto lágida tomó las princi­
     pales disposiciones de k  famosa lex Hieronica, que organizaba la recau­
     dación de los impuestos sobre la tierra de los campesinos asociados a la
     monarquía y limitaba las ganancias de los  recaudadores de impuestos
     —una ley que Roma adoptaría,  no sin  cambios profundos™.  Hierón
     mantenía una poderosa flota e hizo perfeccionar las fortificaciones del
     Euríaio, ayudado seguramente por Arquím edes, su consejero militar de
     mayor confianza.
        La industria artesanal y el comercio eran prósperos. Las monedas
     con el rostro acuñado de la reina Fiitstis son auténticas obras maestras,
     Hierón tuvo también el prestigio suficiente como para intervenir inclu­
     so en Oriente, ayudando a un Egipto hambriento y a tina Rodas destruí-
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