Page 42 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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     da por un terremoto. Dotó a su patria de un nuevo teatro, que reempla­
     zó al de finales del siglo VI,  y de un altar monumental que medía un es­
     tadio (177,6 ra) de largo. Se rodeó de artistas y de gente de letras, y así
     como Teócrito» que fue el primero en alabarlo en los Idilios, prefería a
     Filadelfo, bastaría cotï Airquímedes pam dar lustre a Siraciisa.
        Cuando Sicilia se convirtió en campo de batalla entre cartagineses y
     romanos,  Hierón actuó con prudencia. En el 263 se alió con Roma, su
     antigua enemiga, y se reconoció tributario de ella, y, en el 148, logró ser
     exonerado del tributo. Los servicios que prestó contribuyeron a la vic­
     toria  romana.  Roma anexionó Sicilia,  pero Hierón conservó su  reino
     hasta su muerte, acaecida en el 215, en plena segunda guerra púnica. A
     la sazón, Siracusa se creyó capaz de romper la alianza con Roma y tomar
     partido por Aníbal. En 212, Marcelo la tomó al asalto —pese a las má­
     quinas de asedio de Arquímedes, que murió víctima de ía soldadesca—
     y la cedió al pillaje, tras lamentar profundamente su destino. La Sicilia
     griega había muerto.


     Los REINOS  DE ORIENTE

        Serta en Oriente donde lajforma monárquica heredada de Alejandro
     experimentaría su pleno desarrollo, en dos vastas agrupaciones surgidas
     de la partición dei Imperio: ei reino de ios lágidas y el de los seléucidas,
     Entre los Estados surgidos deJ desmembramiento de este último, uno
     merece una atención especial; el reino de Pérgamo.


     El rem o ¡agida


        Egipto, del que Tolomeo, hijo de un barón macedonio y fiel compa­
     ñero de Alejandro, logró asegurarse la posesión, estaba considerado co­
     mo el más rico, si no el más extenso, de los reinos helenísticos. Tuvo la
     suerte de ser dirigido durante un siglo por soberanos enérgicos que su­
     pieron realzarlo y crear a su alrededor un verdadero imperio. Pero a es­
     te apogeo, durante el que recuperó el poder y esplendor de los grandes
     faraones, había de seguir una larga decadencia.
        Tolomeo L príncipe prudente y tenaz, demostró ser un pionero en
     todos ios terrenos. Empezó por anexionar tierras eti torno a Egipto tra­
     tando de llevar a su reino más cerca del Mediterráneo, introdujo la rao·
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