Page 47 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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LOS ESTADOS HELENÍSTICOS 47
por bárbaros procedentes de ks estepas turánidas,8 los partos, de ios
que no se sabe si eran escitas o iraníes replegados poco anees de ia inva
sión griega: bajo el mando de Arsaces, de la tribu de los aparnianos, y de
su hermano Tiridates, ambos fundadores de ia dinastía de los arsácidas,
que trató de acercarse a los aquemémdas y que remaría hasta el 227 de
nuestra era, los partos crearon un nuevo Estado independiente, Partía,9
cuyas ambiciones crecieron con la debilidad de los seiéucidas. Mitrída
tes I (171-138) sometió Media, Pérsida y Babilonia, despojó a los sobera
nos de Antioquía de las provincias más ricas10 y separó definitivamente
a los griegos de Siria de los de Bactriana. Dejó por tanto a sus sucesores
un reino que abarcaba del Eufrates a Herat y del Caspio al golfo Pérsi
co. Los romanos heredarían la amenaza que los partos hacían recaer so
bre los reyes seiéucidas. Desde entonces, de un imperio que había sido
inmenso* casi tan extenso como el aqueménida, ya sólo quedaba Siria.
Un linaje de mediocres
Lo que permitió un desmembramiento tan deplorable fue la insigne
debilidad de los monarcas seiéucidas. Su poder se vio minado por ks in
trigas cortesanas, que daban lugar a asesinatos y usurpaciones, a menudo
instigadas por reinas arbitrarias. Tampoco ios más altos funcionarios eran
de confianza, como Molón, estratega de Media, que se rebeló contra An-
tíoco III. Los lágidas de Egipto, con los .que les unían tantos vínculos di
násticos, libraron contra los seiéucidas una interminable disputa por la
Ceiesiria.
Pero la mayor debilidad del reino tal vez radicase en la mediocridad
de la mayoría de los soberanos, a pesar de haber contado con el alto
ejemplo de su fundador, duro adversario que mereció el apodo de Ni
cator («Victorioso»). Tras elün del reinado de su hijo menor, Anrioco II
8. En el siglo iü, el mundo de la estepa iraní estaba muy convulsionado {véase ta
pág. 17 i para los sácmatas). Se ha querido hallar la razón en la fuerte presión que los
Hiong-nu (hunos) ejercieron hada el oeste: el siglo Hí fue un siglo capital en ht historia de
estas tribus altaicas, ya que, en su segunda mitad, vería convertirse su federación en un
poderoso Imperio.
9. Sobre la helenización del reino parto, véanse las págs. 212 y sigs.
10. Por otra parte, los seiéucidas ya habían tenido dificultades con ia administración
de aquellas provincias, donde tuvieron que soportar a veces a príncipes vasallos: así, en
Pérsida, ios reyezuelos aquemémdas acuñaban moneda con el título de gobernadores o
príncipes del feudo.