Page 43 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
P. 43
LOS ESTADOS HELENÍSTICOS 43
neck, atrajo a gentes griegas e intentó retener a sus mercenarios convir
tiéndoles en propietarios. Inauguró una política de colaboración entre
griegos e indígenas proponiéndoles adorar a un nuevo dios: Serapis. Por
ser él mismo escritor, y amigo del filósofo-tirano Demetrio de Palero,
Tolomeo no descuidó el cultivo del espíritu y fundó un museo y una bi
blioteca.
Su hijo, Tolomeo II (283-246), desposó, siguiendo ks costumbres fa
raónicas, a su hermana Arsinoe —por lo que se le conoce como Filadel
fo— y desarrolló la obra de su padre. Su política exterior, basada al mis
mo tiempo en los enlaces reales y en la guerra, fue especialmente activa
contra los seléucidas (primera y segunda guerra siria). En el momento de
máxima expansión de su poder, dominaba drene, Chipre, Panfiiia, Li
cia y Celesiria,3 y ejercía k hegemonía sobre la confederación de los Ne-
siotes. Sus inquietudes culturales también le movieron a crear embajadas
en Roma e India. En el plano interior, dotó a Egipto de un armazón ad
ministrativo que le permitió explotar al máximo sus riquezas, gracias a
los monopolios y a una rigurosa fiscalídad; reíormó la moneda, hizo
acondicionar el canal de Necao y el inmenso oasis del Fayum, y siguió
captando mercenarios y capitalistas griegos, Gracias a él, el museo y la
biblioteca alcanzaron pleno desarrollo. Además, su corte era punto de
encuentro de los poetas, los sabios y ios médicos más ilustres.
Su hijo, Tolomeo III Everge tes (246-221), empezó lleva ndo a cabo
campañas en Asia que parecían resucitar las hazañas de los grandes fa
raones del Imperio nuevo, pero en k segunda mitad de su reinado se
durmió en los laureles, quizás ahíto de tanto botín. La corte no tenía na
da que envidiar al reinado de su padre. Amplió la biblioteca, envió ex
ploradores al golfo Pérsico y apoyó los trabajos de Eratóstenes.
Sin embargo, empezaron ks alteraciones sociales y fluctuaciones
monetarias que se multiplicarían con sus dos primeros sucesores, cuyo
reinado señala el viraje del Egipto lágida. Tolomeo IV Filopátor, amena
zado por las ambiciones de Antíoco III, aún alcanzó una brillante victo
ria en Rafia (217), pero tuvo que incorporar egipcios a su ejército, quie
nes volvieron sus armas contra él hasta obligarle a hacer concesiones a
los nativos. Con Tolomeo V Epífanes, Egipto perdió Celesiria: de todo
su Imperio, sólo quedaban Chipre y Cirene. Pese a iniciar su reinado
concediendo una amnistía y privilegios, como demuestra la famosa pie
3. Llanura entre ei Líbano y el Antilibano, cerca de Heliopolis (Baalbek) ν de Cal
cis del Líbano, actual Baqa’a.