Page 52 - El camino de Wigan Pier
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trabajador solo puede recibir en algunos casos un extra semanal de 2 chelines y 6
peniques, alcanzando así sus ingresos los 15 chelines. Al igual que el U.A.B., el
P.A.C. considera como alquiler la cuarta parte de la pensión del obrero casado. Así,
para la familia media considerada antes, los ingresos totales serían de 33 chelines a la
semana, la cuarta parte de cuya cantidad sería considerada como alquiler. Además, en
la mayoría de los distritos se concede, las seis semanas anteriores y las seis
posteriores a Navidad, un suplemento para carbón de 1 chelín y 6 peniques
semanales, con los que se compra, aproximadamente, un quintal de carbón.
O sea que los ingresos medios de una familia sin trabajo son de unos treinta
chelines semanales. Una cuarta parte, al menos de esta cantidad, se paga como
alquiler, lo cual significa que cada persona-promedio, niño o adulto, ha de comer,
vestir, calentarse y cubrir otras necesidades básicas con seis o siete chelines
semanales. Enormes cantidades de gente, seguramente un tercio, como mínimo, de la
población total de las áreas industriales, viven a este nivel. La Inspección de Recursos
es muy rigurosa, y si existe el más mínimo indicio de que el beneficiario de una
pensión tiene alguna otra fuente de ingresos, puede negársele toda ayuda. Los obreros
portuarios, por ejemplo, que suelen ser contratados por media jornada, han de ir dos
veces al día a firmar a una Oficina Laboral; si no lo hacen, se supone que han estado
trabajando y se reduce proporcionalmente su pensión. He visto casos de engaño a la
Inspección de Recursos, pero tengo la impresión de que en las ciudades industriales,
donde existe todavía un cierto grado de vida comunitaria y todo el mundo es
conocido por sus vecinos, es mucho más difícil de lo que sería en Londres. Es
habitual que un joven que vive con sus padres se busque un domicilio supuesto, para
poder alegar que vive por su cuenta y recibir así una pensión independiente. Pero hay
mucho espionaje y chismorreo. Por ejemplo, un hombre que yo conocí fue visto un
día dando de comer a las gallinas de su vecino, que estaba ausente. Alguien informó a
las autoridades de que el hombre «tenía un empleo de dar de comer a unas gallinas»,
y a él le costó mucho refutar la acusación. Un chiste muy difundido en Wigan era el
del hombre a quien se niega una pensión por el hecho de «trabajar en el transporte de
leña». Dicen que se le ha visto acarreando leña por la noche. El hombre tiene que
explicar que no estaba acarreando leña sino «mudándose» clandestinamente. La
«leña» eran sus muebles.
La consecuencia más grave y más cruel de la Inspección de Recursos es la
separación de las familias. Hay ancianos, a veces enfermos, que se ven obligados a
abandonar sus hogares a causa de ella. Por ejemplo, un anciano jubilado, en caso de
ser viudo, viviría con alguno de sus hijos; contribuiría a los gastos de la casa con diez
chelines semanales y estaría bien atendido. Pero, según la Inspección de Recursos, el
abuelo es un «huésped», y si permanece en la casa se retira la ayuda a los hijos. De
modo que, probablemente, a sus setenta o setenta y cinco años, tendrá que irse a vivir
a una pensión, entregar los diez chelines a la patrona y vivir al borde del hambre. Yo
he sido testigo de varios casos como éste. Se dan en toda Inglaterra, gracias a la
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