Page 62 - El camino de Wigan Pier
P. 62
Mientras tenía lugar la polémica acerca de la Inspección de Recursos, se desarrolló
una siniestra discusión pública acerca de cuál era la cantidad semanal mínima con
que un ser humano podía mantenerse en vida. Recuerdo que una escuela de dietética
la estableció en cinco chelines y nueve peniques, mientras que otra escuela, más
generosa, dio la cifra de cinco chelines y nueve peniques y medio. A continuación de
esto, un cierto número de personas escribieron cartas a los periódicos asegurando que
ellos se alimentaban con cuatro chelines a la semana. He aquí un presupuesto
semanal (publicado por el New Statesman y por el News of the World) que he
seleccionado entre otros varios:
Chel. Pen.
3 hogazas de pan integral 1 0
200 gr de margarina 0 2,5
200 gr de grasa de carne 0 3
450 gr de queso 0 7
450 gr de cebollas 0 1,5
450 gr de zanahorias 0 1,5
450 gr de galletas rotas 0 4
900 gr de dátiles 0 6
1 bote de leche evaporada 0 5
10 naranjas 0 5
Total… 3 11,5
Obsérvese, en primer lugar, que no se prevé la compra de combustible. El autor
de la carta declaraba explícitamente que no tenía dinero para carbón y que comía toda
la comida cruda. El hecho de que la carta fuese auténtica o no, es algo que en este
momento no importa. Lo que creo evidente es que este presupuesto representa la
inversión más prudente que se puede imaginar. Una persona que hubiese de vivir con
tres chelines y once peniques y medio a la semana, difícilmente podría adquirir con
ellos más valor alimenticio del que representa la lista anterior. De modo que quizás es
posible alimentarse adecuadamente con las pensiones del P.A.C. reduciéndose a los
alimentos esenciales, pero no de otra forma.
Comparemos ahora esta lista con el presupuesto del minero desempleado que he
reproducido antes. Su familia gastaba sólo diez chelines a la semana en verduras, diez
peniques y medio en leche (recordemos que tienen un hijo menor de tres años) y nada
en fruta; pero gastan un chelín y nueve peniques en azúcar (o sea unos tres kilos y
medio) y un chelín en té. Los dos chelines y seis peniques invertidos en carne
podrían representar un trozo pequeño de carne fresca y los ingredientes de un
guisado; en realidad, la mayoría de las veces debe de representar cuatro o cinco latas
de carne de buey. Así pues, la base de su dieta es pan blanco con margarina, buey en
conserva, té azucarado y patatas, todo ello de escaso valor alimenticio. ¿No sería
mejor que gastasen más dinero en cosas nutritivas, como naranjas y pan integral, o
incluso si, como el autor de la carta al New Statesman, redujesen el gasto de
www.lectulandia.com - Página 62