Page 246 - Biografia
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Yo Beto: Una Historia Chévere para contar
Serian como las 6:30 de la tarde, regresaba un domingo a casa después de atender
un gigantesco bazar en un barrio del municipio de Chía. Venia cansado de traba-
jar todo el día. Acompañado de la negra y Jorge Alejandro, estaba lloviendo y había
neblina, no veía ni a 5 metros, conducía muy despacio, eso fue lo que nos salvó, me
dio por ahorrar camino y cogí una vía con poca señalización, entre Cota y Bogotá,
para salir al sector de Suba. De pronto, se me acabo la carretera y la camioneta quedó
de punta contra la tierra, después del impacto, pasaron varios segundos, escuche a mi
esposa que le dijo al niño: “Su papa no se mueve, su papa se mató”, luego quedamos
en silencio y yo reaccione, pregunte: “Como estamos…? Que paso…?”. Cuando fui a
abrir la puerta, encontré un vacío atortolante, escuche que nos gritaban desde la parte
de arriba: “Están bien…? Hay heridos…?”, prendí el radio de la camioneta, para guiar-
los para el rescate. La evacuación de la camioneta fue con grúa, sin linterna, lloviendo y
a oscuras, fue bastante complicada y de paciencia. Si desea saber el desenlace de este
emocionante episodio y la reacción absurda de mi jefe inmediato de esa época al otro
día, disfrutemos de un néctar verde granizado y se los cuento, les parece…?
Porque a mi padre no le dio la gana de recibir una casa, que le asigno frente a la
iglesia del barrio minuto de Dios, el padre director, Rafael García Herreros, en el año
1962…? Teniendo en cuenta que trabajo meses atrás, conjuntamente con mi madre,
para conseguir esa hermosa casa…? Disfrutemos un chocolate santafereño con almo-
jábanas, pero sin queso por favor, y les cuento, que les parece…?
Compre una camisa en un almacén cacharrería, en el cruce entre Melgar y Carmen
de Apicalá, donde comienza la vía a un pueblo que queda subiendo la montaña, a
30 minutos de Melgar, departamento del Tolima, se llama “cuatro vientos”, y está en
la cima de la montaña. También se le conoce por su leyenda. Dicen que ahí lega el
viento y luego se devuelve. Generalmente, la mercancía de esos almacenes grandes
de pueblo, donde se encuentra de todo, dura meses guardada en la bodega o en las
estanterías, sin nada de rotación, por eso me paso lo que me paso, y porque compre la
camisa ahí…? Porque fui el delegado del departamento de propaganda de Bogotá, al
entierro de la mamá de Benjamín Vargas (el mincho), compañero de trabajo. Cuando
ayude a sacar el féretro de la casa de mincho, donde fue la velación, hacia la camioneta
de sonido de Coca-Cola, que fue la carroza fúnebre, al hacer fuerza y con ese calor tan
hijue… la camisa se abrió por las costuras podridas de todo el centro de la camisa, por
la espalda. Lógicamente las risas no se hicieron esperar, ya que la camisa me quedo
colgando de las mangas. Me pasaron más cosas chistosas en ese viaje, pero es mejor
contarlas que escribirlas, por ejemplo, las costumbres de entierro en ese pueblo, la
guardada de la camioneta en la iglesia, la dormida junto al cajón de la muerta en
la habitación contigua y la camioneta como carroza fúnebre, ah…? Que tal…?
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