Page 268 - LIBRO ERNESTO
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Ernesto Guerra Galarza



            Las facetas son distintas. El técnico responde por el funcionamiento
            del equipo y por los resultados. Por eso tiene la potestad de tomar
            sus decisiones, sin injerencias de ninguna naturaleza. Las ideas de
            todos, no pueden comprometer a uno solo. Es fácil lanzar consejos,
            disfrazados de órdenes, sin jugarse nada. Siempre hubo mucha gente
            que siente fascinación por incrustarse en el manejo técnico-táctico. De
            los dirigentes para abajo.

            Cuando dirigía al Aucas, en el tiempo de la presidencia de Gustavo
            Herdoiza, en una sesión de la Comisión de Fútbol, el finado Jorge
            ‘Chino’ Carrera me preguntó, que “porque no había alineado en el
            último partido a su hermano Alberto, si estaba jugando bien”. “La Fifa
            no permite jugar con doce”, le contesté provocando una incontrolable
            carcajada en Herdoiza que festejó mi elegante salida. El técnico sabe a
            quien pone y porque lo pone. Si al fin y al cabo es el único que vive con
            la guillotina amenazando su cabeza.

            “Ver bien el fútbol”, también es sacarle punta y provecho a la capacidad
            individual de los jugadores. Los sistemas tácticos se arman conjuntando
            las virtudes. En el fútbol nacional, observo que hay varios equipos de
            limitado funcionamiento. Los técnicos no tienen convicción plena
            de lo que buscan. Por eso se producen cambios permanentes en las
            formaciones tratando de encontrar el equipo ideal, que nunca aparece.
            Esa inestabilidad del técnico se transmite al plantel y los jugadores se
            mueven en un marco de desconfianza.

            No me creo un iluminado para emitir un manual del manejo de un
            equipo. Son a lo mejor, sugerencias, que si me siento en capacidad de
            comentar, después de cumplir una carrera dilatada, en la que conocí
            todos los vericuetos de la profesión. Después cada técnico tiene su
            personalidad y su forma de manejarse. Como se dice en el argot del
            fútbol: “Cada maestro tiene su librito”.


            El fútbol de hoy se juega a una velocidad inmensa y dentro de esa
            vorágine se destacan los que se adaptan a ese juego relampagueante,
            como Lionel Messi que tiene una velocidad adicional. Sería la ‘sexta
            velocidad’, porque a Di Stéfano, la ‘Saeta Rubia’, en sus fenomenales

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