Page 269 - LIBRO ERNESTO
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Capítulo 12



               tiempos  en el Real Madrid, ya  le acreditaban la  ‘quinta velocidad’,
               que adquirió con el pasar del tiempo, Johan Cruyff y luego, Diego
               Armando Maradona. El técnico que logra darle a su equipo solidez,
               equilibrio, más velocidad con precisión, puede hablar de un trabajo
               competente.


               Los dirigentes deberían preocuparse de preparar a los técnicos naciona-
               les. Organizar cursos de alto nivel con destacados entrenadores extranje-
               ros, como se hizo alguna vez con la presencia del argentino José D’ Ami-
               co. Y enviar a los alumnos más destacados a prepararse en el exterior. En
               Argentina, en Brasil o en Europa. Eso es forjar nuestra materia prima.

               Hay valiosos exjugadores que no tienen en que trabajar, que están en la
               desocupación y que tienen ansias de seguir vinculados a la actividad. La
               iniciativa debería partir del Ministerio de Deportes. Afortunadamente,
               está en el comando de esa Cartera de Estado, José Francisco Cevallos,
               que es un hombre de fútbol que vivió en carne propia la carencia de apo-
               yo al elemento nacional. Deberían extender el trabajo a los cantones y a
               las provincias. Y también deben contribuir la Federación Ecuatoriana
               de Fútbol y las Asociaciones provinciales. Solo sembrando un semillero
               sólido, el técnico nacional tendrá un futuro promisorio.

               Hasta ahora, los técnicos ecuatorianos que hemos salido a preparar-
               nos al exterior lo hemos hecho con esfuerzo propio. Es hora de que se
               hable con respeto de los técnicos ecuatorianos, que gocen de confiabi-
               lidad, pero ellos también tienen que ganarse ese lugar. Es justo que les
               brinden la oportunidad reiterada de la que gozan los extranjeros, como
               Fabián Bustos, que ante cada fracaso recibe un nuevo cargo como pre-
               mio. O tiene un gran verso o es manejado por un gran empresario. Las
               dos aristas son peligrosas, porque provocan un grave perjuicio a los
               intereses económicos y deportivos de los clubes que lo contratan.


               A nuestros profesionales los colgamos a la primera de cambio. Los
               sepultamos  sin reparos. Otro caso  es el de Paúl Vélez. Ganó  con
               varios partidos de anticipación el ascenso con Técnico Universitario
               y lo despidieron. En Liga de Loja se tomó una cumplida revancha en
               2012.  A  la  siguiente  temporada  le  desmantelaron  el  equipo  y  tuvo

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