Page 30 - Bochaca Oriol, Joaquín Democracia show
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salón Taltavul, junto al Teatro Ford.    Habiendo puesto al punto los últimos detalles para la
                  ejecución del crimen que planeaba, Booth volvió, hacia las nueve y media, al Taltavul, donde se
                  puso a beber cerveza junto con los empleados del Presidente Lincoln Charles Forb, mayordomo,
                  Francis Burns, cochero y John Parker, guardaespaldas. Este Parker había sido expulsado de la
                  policía regular por alcohólico. Que un hombre de tales antecedentes llegara a ser guardaespaldas
                  del propio Presidente es uno de tantos detalles incomprensibles de este caso singular. A las diez y
                  cuarto, mientras Parker continuaba bebiendo, dejando, así, al Presidente sin protección, Booth
                  pasó al Teatro Ford y disparó mortalmente contra Lincoln. Mientras tanto, George Atzerodt (39)
                  compañero de Booth en la conspiración, que se suponía debía asesinar al Vice-Presidente Andrew
                  Johnson, había bebido tanto whisky para darse ánimos e infundiese valor que, borracho como una
                  cuba, debió abandonar el plan.

                  Unos años más tarde, de nuevo el alcohol estuvo presente en un episodio importante de la historia
                  de los Estados Unidos. El 27 de Marzo de 1886, en el Cañón de los Embudos, Estado de Sonora,
                  México, el general norteamericano George Crook y el jefe apache chiricahua Gerónimo negociaron
                  un tratado de paz, según el cual Gerónimo y su tribu se rendirían y se dejarían conducir a la
                  Reserva de San Carlos, en Arizona. Para celebrar la conclusión del tratado, los apaches se
                  bebieron enormes cantidades de whisky que les había vendido un traficante llamado Wertheimer
                  (40).    A medida que se iban emborrachando los guerreros indios se lo pensaban mejor. A
                  medianoche, un Gerónimo totalmente embriagado y que apenas podía sostenerse en pie
                  declaraba que nunca se rendiría a los blancos y repudiaba el tratado que acababa de firmar.
                  Acompañado por sus guerreros Gerónimo se fue y continuó la guerra, hasta ser vencido cinco
                  meses después.


                  En la Historia Contemporánea encontramos una figura señera que rendía auténtico culto al alcohol.
                  Nos referimos al que fue Primer ministro británico, Sir Winston Churchill. Su afición a la bebida, a
                  todas horas del día y de la noche, era tan proverbial que su propio médico, Lord Moran, tenía a
                  veces dificultades en determinar si su paciente estaba relativamente sobrio, o bien en un estado de
                  embriaguez inicial (41). Consta que ciertas decisiones políticas de importancia las tomó hallándose
                  en ese segundo estado.





                  EL SEXO Y LA HISTORIA


                  El abuso, o uso indebido, del sexo, ha jugado, también, un papel importante en la historia de los
                  pueblos.    Es conocido el caso de Atila, que murió en acción (en acción sexual, se entiende) con
                  una de sus esclavas.    Igual le sucedió al Pontífice León VIII, que reinó desde 963 al 965, al
                  padecer un mortal ataque de corazón mientras yacía con una mujer casada. Y, más
                  modernamente, tenemos el caso de Felix Faure, que feneció en 1899, a los 58 años de edad.
                  Felix Faure era Presidente de la III República Francesa y, anteriormente, había sido Ministro
                  durante casi veinte años. Este gran patriota, este demócrata de pura cepa, tenía, entre otras, una
                  gran debilidad por el sexo opuesto. El 16 de Febrero de 1899, murió súbitamente en su estudio del
                  Palacio del Elíseo en brazos (digámoslo así) de su amante, Madame Steinheil (42).    En el
                  momento de su muerte de un ataque al corazón, se hallaba sentado en una silla especialmente
                  concebida para tales menesteres. No se pudo ocultar la circunstancia en que se produjo el óbito
                  del personaje, y el escándalo en Francia fue mayúsculo, con secuelas políticas notables.

                  Los tres casos precedentes pueden catalogarse como abusos. Pero los casos de aberración,
                  numerosos también en la Historia han jugado igualmente su papel en la vida de hombres decisivos.
                  Calígula, por ejemplo. Calígula, Emperador romano, que reinó desde el año 12 hasta el año 41
                  d.C., violó a una hermana suya y convirtió a las otras en prostitutas. Después de cometer adulterio
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