Page 451 - Mahabharata
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6. Bhishma 431
Duryodhana observó el ejército de los pandavas y la forma tan experta en que se
había colocado el vyuha. Recapacitó por unos momentos y luego se dirigió a Drona y le
dijo:
—Mira, mi señor, fíjate en el inmenso ejército de los pandavas; tu discípulo Dhrish-
tadyumna ha sido el responsable de este excelente vyuha. Puedo ver entre sus filas a
muchos héroes, todos tan poderosos como Bhima y Arjuna. Allí, a la vanguardia puedo
ver a Satyaki. Más hacia arriba puedo ver a los dos veteranos Virata y Drupada. Fíjate
en ese lado, el poderoso Dhrishtaketu, Chekitana, y el señor de Kasi están esperando
a que comience la guerra. Justo detrás de ellos puedo ver a Puruyit, Kunti Bhoja y
Saibya. Otros dos hijos de Drupada escoltan el carro de Arjuna, uno a cada lado: son
Yudhamanyu y Uttamaujas. Allí está Abhimanyu junto con los hijos de Draupadi. Todos
son maharathikas, mi señor. Ahora volvamos nuestros ojos a nuestro ejército. Te repetiré
los nombres de los grandes hombres que militan en nuestras filas. Vuestra excelencia
y Bhishma, el anciano kuru, también está Radheya el intrépido, y Kripa, quien nunca
ha conocido la derrota en una batalla. Aswatthama y Vikarna están conmigo y también
Bhurisravas el hijo de Somadatta. Estos son algunos de los muchos héroes que me han
entregado su vida. Mi ejército, conducido por Bhishma, mi querido y venerado abuelo,
no tiene límites, mientras que el de ellos parece limitado aunque está protegido por
Bhima. Mi señor, en esta guerra que está a punto de comenzar, quiero que todos protejáis
a Bhishma.
Bhishma vio desde lejos a Duryodhana examinando los ejércitos y hablando con
su guru Drona. Bhishma, queriendo alentar el corazón de su nieto, lanzó su grito de
guerra que sonó como el rugido de un león y luego sopló su caracola. A continuación los
demás hicieron lo mismo. Desde el carro dorado de Arjuna, con los famosos caballos
blancos enjaezados, sonaron las notas puras de la Panchajanya, y a continuación sonaron
las notas de la devadatta, la caracola de Arjuna. Bhima cogió su Paundra y la hizo
sonar, y Yudhisthira a continuación sopló su Anantavijaya. Nakula apoyó en sus labios
su caracola Sughosha y después de ella se oyó la Manipushpaka de Shadeva. Luego
les siguieron todos los demás haciendo sonar sus caracolas una tras otra: el rey de
Kasi, Sikhandi, Satyaki, Dhrishtadyumna, Virata, Drupada, los hijos de Draupadi, y
Abhimanyu. El sonido que provocaban las caracolas sonando todas juntas al mismo
tiempo era formidable. Hasta los mismos cielos retumbaron con aquella estridente
vibración.