Page 457 - Mahabharata
P. 457
6. Bhishma 437
—Tú y yo hemos tenido muchas encarnaciones, sólo que yo conozco las mías y tú no
recuerdas las tuyas. Yo soy el Innacido y el Eterno, soy el Señor de todo. Cuando hay un
declive de la justicia en este mundo y hay peligro de que la injusticia destruya el Dharma,
Yo me manifiesto. Me encarno y nazco yuga tras yuga para proteger a mis devotos,
destruir a los malvados y establecer y propagar el Dharma. No cualquiera puede conocer
mi divinidad, pero los pocos escogidos que por su amor por mí la conocen, nunca más
vuelven a nacer y llegan a mí. No tienen miedos, ni ira, ni pasión, buscan refugio en
mí y están entregados a mí. El fuego del conocimiento les hace puros y se vuelven uno
conmigo. No importa de qué forma se acercan a mí, ni de qué forma me adoran; a todos
aquellos que me aman y me sirven, yo les acepto.
»Te hablaré más del yoga de la acción. Toda empresa del hombre debe estar libre del
deseo de su fruto. Sólo entonces el hombre será feliz; siempre estará trabajando y, sin
embargo, no estará trabajando en el conocido sentido de la palabra, ya que no le dará
ninguna importancia a los frutos de sus acciones. El conocimiento de la divinidad reduce
a cenizas todo el apego al trabajo y el hombre se libera de toda atadura. Un hombre
inducido por acciones desinteresadas y por el conocimiento, ha destruido todas sus
dudas y se vuelve uno conmigo. Cuando me entrega los frutos a mí, consigue un estado
mental equilibrado y obtiene la paz. Pero los hombres inducidos por deseos egoístas,
se apegan a los frutos de su trabajo y se atan, quedando envueltos en el mundo. Un
verdadero yogui, un sanyasin, es el que realiza el trabajo que debe hacer y no busca los
frutos de él. La renunciación es el trabajo desinteresado. La verdadera renunciación, es
la renunciación al deseo y nada más que eso. La acción es el único medio de alcanzar el
yoga de la renunciación; una vez que se consigue, la serenidad viene por sí misma a la
mente.
»Los placeres que surgen del apego, son sólo fuentes de dolor posterior, tienen un
principio y un fin. Las cosas que tienen principio y fin, nunca son la fuente de la eterna
alegría y el hombre sabio debería evitarlas. Cuando un hombre llega al estado en el que
el frío y el calor, el placer y el dolor, el honor y el deshonor le parecen igual, siempre
está sereno. Un puñado de tierra, una piedra y un pedazo de oro, le parecen igual. No
puede ver diferencias entre amigos y enemigos, entre gente indiferente y gente parcial,
ni incluso entre gente malvada y gente justa. Este hombre es grande.
»Escúchame cuidadosamente, Arjuna, pues te contaré el secreto de todos los secretos:
he asumido esta forma humana, pero los ignorantes no me reconocen como el Señor de
todos los seres. Yo soy el UNO y el ÚNICO. El adorarme a mí conduce a los hombres
al estado supremo que soy yo mismo. Yo soy el Padre del universo y la meta de toda
meditación y adoración. Aquellos que meditan en mí y me adoran a mí y sólo a mí,
llegarán a mí al final. Por lo tanto es muy fácil alcanzar mi Gracia. Cualquier cosa que
hagas, cualquier cosa que comas, todo lo que des y cualquier sacrificio que realices,