Page 459 - Mahabharata
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6. Bhishma 439
—¿No puedes reconocerme? Soy el Tiempo, el gran destructor, que destruye este
poderoso mundo. Ya he comenzado a destruir a todos estos héroes, todos y cada uno de
ellos morirán. Levántate ahora, Arjuna, y gana para ti fama duradera. Yo ya he matado a
estos hombres, tú serás sólo el instrumento mediante el cual yo les destruiré. Bhishma,
Drona, Radheya, Jayadratha y muchos otros están ya sentenciados; mátales y gana la
guerra.
La voz de Arjuna estaba sofocada y sus palabras salían vacilantes. Unió las palmas
de sus manos y dijo:
—¡Infinito Ser! ¡Señor de Señores! ¡Morada del mundo! Tú eres el Imperecedero, el
Ser y lo que yace más allá. Tú eres el Primero de los dioses; el Ser Primario, tú eres el
Tesoro Supremo del mundo. Tú eres el Conocedor y tú eres lo que se ha de conocer. Tú
eres la Morada de todos. Este Universo entero está presidido por ti. Tu forma, tu fuerza
y tu poder son infinitos. Tú estás en todo y eres todo. Tú eres el Padre de este mundo
y de todos los mundos. Tú eres el objeto de la adoración y el mayor maestro, nada
puede igualarte ni siquiera en los tres mundos. Me postro ante ti y te pido misericordia.
Inconsciente de tu grandeza te llamé « Krishna » y « amigo », perdona mi ignorancia.
Trátame como un padre trata a su hijo, como un amigo trata a otro amigo y como un
amante trata a su amada. Por favor, reasume tu forma inicial, no puedo soportar ver esta
forma tuya.
El Señor abandonó su Viswarupa y se convirtió de nuevo en Krishna el conductor de
Arjuna. Arjuna dijo:
—Sólo ahora se ha serenado mi mente, después de verte de nuevo en tu forma
familiar.
Krishna le dijo:
—Esta visión de mi verdadera forma no se puede alcanzar fácilmente, sólo se puede
obtener por amor y devoción incesante hacia mí.
Arjuna le dijo:
—Hay devotos que te adoran a ti y hay otros que adoran al Absoluto, ¿quién de ellos
es mejor yogui?
Krishna le contestó:
—Ambos llegan a mí. Algunos adoran al Absoluto e Imperecedero subyugando todos
sus sentidos, son imparciales en todas las circunstancias y están siempre ocupados en
hacer bien a todos los seres. Contemplan al Absoluto y vienen a mí. Este camino es
muy difícil y casi todos se pierden. Pero aquellos que fijan su mente en mí y me adoran
en mi forma física con fe absoluta y dedicación constante, me son más queridos y les
considero yoguis perfectos. El camino que sigue un adorador del Absoluto es muy duro
y la meta es difícil de alcanzar. El otro camino es fácil, a aquellos que me dedican todas