Page 486 - Mahabharata
P. 486

466                                                                            Mahabharata


                   —Escúchame, hijo, ahora no puedo hacer nada, estoy ocupado aquí. Mandaré a
               Bhagadatta para detener al joven Ghatotkacha.

                   Bhagadatta fue con su famoso elefante Supritika para luchar contra Ghatotkacha.
               Los pandavas estaban preparados para enfrentarse con este gran hombre. Bhima, Ab-
               himanyu, Ghatotkacha, los hijos de Draupadi y varios otros estaban allí. Bhagadatta
               se abalanzó primero hacia Bhima. Todos los héroes comenzaron a acosar al elefante,
               que se les venía encima, con sus flechas, jabalinas y mazas, pero no pudieron impedir
               su avance. Su cabeza estaba cubierta de sangre, pero aún seguía avanzando. Todo el
               ejército estaba siendo puesto en jaque por un solo elefante. Entonces llegó el rey de los
               dasarnas trayendo con él su elefante y consiguió que el elefante de Bhagadatta detuviera
               su avance. Los dos elefantes estaban de pie, bloqueándose el camino. Era una escena
               preciosa. El elefante de Bhagadatta no se detenía ni siquiera para tomar una respiración
               y Bhagadatta lanzaba flecha tras flecha contra el rey de los dasarnas, el cual tuvo que
               retirarse. Aquello fue coreado con fuertes vítores por el lado de los kurus. Los pandavas
               se unieron y comenzaron a acosar a Bhagadatta.

                   Mientras tanto, Arjuna había estado haciendo un buen trabajo por dondequiera que
               fue y ahora se unía a Bhima y a Ghatotkacha. Duryodhana mandó un gran ejército para
               combatir con estos héroes y hubo otra gran masacre. Bhagadatta con su elefante estaba
               causando estragos en el ejército de los pandavas y Ghatotkacha con Bhima y Arjuna por
               su parte, estaban haciendo lo mismo.

                   Arjuna acababa de enterarse de la muerte de su hijo Iraván y se sintió muy infeliz
               por esta guerra que estaba causando la muerte de tanta gente inocente. Por culpa de la
               obstinación de Duryodhana, aquel joven que era la única esperanza de su madre, había
               muerto de forma lamentable. Todo era tan innecesario. Le dijo a Krishna:

                   —Esto es lo que mi tío Vidura predijo hace mucho tiempo. Dijo que éste sería el
               fin de los pandavas y de los kurus. Fue por eso por lo que trató de evitar esta guerra.
               Krishna, fíjate en estos dos ejércitos. Hace una semana eran enormes, pero mucha gente
               inocente ha muerto por los kurus y por nosotros. Es mejor morir como un mendigo que
               matar a tanta gente por causa de un trono, odio esta guerra, Krishna. Ahora comprendo
               porqué Yudhisthira estaba dispuesto a aceptar cinco pueblos. Entonces pensé que era
               algo inferior a su dignidad, pedirle un favor a nuestro primo. Pero ahora, comprendo el
               noble motivo que movió a mi hermano a pedir la paz, incluso a costa de su dignidad.
               Todo esto es debido a Sakuni, el malvado consejero de Duryodhana. ¡Ojalá le hubiera
               matado mucho antes de que hubiese influido en nuestro primo! Siento haber nacido
               como kshatrya. Estoy asesinando a mucha gente que no tiene culpa alguna. Pero no es
               momento de mirar hacia atrás, lleva mis caballos hacia el ejército de los kurus. Déjame
               causarles unas cuantas bajas más antes de que acabe el día; la noche se está acercando.
   481   482   483   484   485   486   487   488   489   490   491