Page 511 - Mahabharata
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Libro 7

                                                      Drona

                                                 (Drona Parva)









                                                         Capítulo I
                                    RADHEYA ENTRA AL CAMPO DE BATALLA


                     amaneció el undécimo día de la batalla. Fue un terrible amanecer para los kurus,
               Y ya que habían perdido a Bhishma. Habían perdido su única esperanza. La caída de
               Bhishma fue una calamidad, una gran calamidad. El ejército kuru sin Bhishma parecía
               un firmamento sin estrellas, o los cielos sin el Sol, como la tierra sin verdor, como una
               conversación vana, como una mujer que ha perdido a su señor, como un río seco en los
               meses de verano, como la cueva de una montaña sin el león y sus rugidos.
                   Los kurus estaban desesperados. Todos pensaban en Radheya como su única esper-
               anza. Todas las huestes resonaron con vítores a Radheya, decían: « Radheya, Radheya es
               la única persona que puede matar a los pandavas, ahora que ha caído el gran hombre. »
               Y todos fueron a la tienda de Radheya, el cual se estaba preparando para la guerra. Sabía
               que le había llegado el momento de mantenerle su promesa a Duryodhana. Se decía para
               sí: « Con la caída de Bhishma todo se ha perdido. Él era el hogar de todas las nobles
               cualidades; era firme, justo y muy valiente, y al mismo tiempo era muy modesto, pues no
               se vanagloriaba de su valor. Ha sido una gran pérdida. Este hombre en quien se podían
               encontrar todas las buenas cualidades, ahora ha desaparecido, igual que desaparece
               la belleza de la Luna. Después de ver esto, ¿quién puede estar seguro de que va a ver
               mañana el Sol elevarse por el este? Bhishma, nacido en la tierra por un propósito, ha
               cumplido su misión, y ahora está esperando para volver a reunirse con los vasus. Este es

               el fin del mundo, los kurus no tienen posibilidad alguna de sobrevivir. Yo debo ser quien
               les conforte ahora.
                   Los hijos de Dhritarashtra fueron a su tienda y lo encontraron lamentándose por
               la caída del gran Bhishma. Viendo su dolor, sus lágrimas fluyeron de nuevo. Todos
               sollozaban y Duryodhana se dirigió de nuevo a Radheya buscando en el consuelo.
                   Radheya y Duryodhana lloraron juntos, consolándose el uno al otro. Radheya dijo:
                   —En este mundo, donde todo es transitorio, no podemos estar seguros de nada.
               Parece imposible, pero el gran Bhishma ha caído ante los ojos de todos los héroes kurus.


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