Page 516 - Mahabharata
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                   El ejército de los pandavas estaba indefenso frente a la furia de Drona. Parecía como
               si volara a través de ellos disparando torrentes de flechas a ambos lados. Iba derecho

               hacia el lugar donde estaba Yudhisthira y le atacó tomándole por sorpresa. Yudhisthira
               luchó con valentía, pero no pudo resistir la arremetida de Drona. Drona cortó en dos
               su arco, dejándole indefenso. Dhrishtadyumna acudió rápidamente a aquel lugar para
               prestar ayuda a Yudhisthira y detuvo al poderoso Drona como la tierra detiene al mar. El
               protector del carro de Yudhisthira fue acosado por Drona. Drona hirió a Sikhandi y a
               Uttamaujas con sus flechas y los hijos de Draupadi no pudieron con él. También vinieron
               Satyaki y Virata, pero todos fueron vencidos por el gran Drona. Dhrishtadyumna se
               dio cuenta de la seriedad de la situación y luchó desesperadamente, pero parecía que
               una fuerza sobrehumana se había introducido en los brazos de Drona. Era como el dios
               de la muerte, era terrible. Nadie podía hacer nada para detener su avance. Avanzaba
               muy rápidamente, pues estaba luchando para cumplir la promesa que le había hecho
               a Duryodhana; tenía que capturar a Yudhisthira. El ejército pandava, conducido por
               Dhrishtadyumna, estaba luchando por la vida de su rey y estaban perdiendo. La gente
               de su alrededor decía: « Seguro que Yudhisthira va a ser capturado hoy por Drona, se
               interrumpirá la guerra y Yudhisthira tendrá que volver al bosque con sus hermanos.
               Duryodhana y su padre se sentirán muy felices. »
                   De repente, se oyó el sonido de un carro que se aproximaba rápidamente. Era el carro
               de Arjuna, Krishna lo estaba conduciendo como nunca antes lo había hecho. Venían
               más rápidos que el viento. A ambos lados del carro se podía ver caer los cadáveres de
               los soldados de Drona. Parecía como si Arjuna estuviera nadando a través de un río de
               sangre, en su afán de acercarse al carro de Drona. El campo se había oscurecido por la
               ingente cantidad de flechas que arrojaba Arjuna. Derrotó al ejército de Drona y a él lo
               hostigó con sus flechas.

                   Estaba loco de ira contra su guru, quien había consentido hacer algo tan atroz para
               complacer a Duryodhana. Podía perdonarle a Drona por luchar al lado de los kurus,
               pero esta promesa que le había hecho a Duryodhana era imperdonable. Era un acto al
               que no debería haber accedido. Todos estaban allí cuando se jugó el juego de dados
               hacía catorce años y el horror que aquello causó debía permanecer aún en la mente de
               los justos. Duryodhana había planeado otro juego de dados y su guru había accedido a
               ser cómplice de esta conspiración. En ese momento, Arjuna perdió todo el respeto que
               tenía por su guru. Su mente estaba agraviada y dolida por su comportamiento. El día
               anterior había caído su abuelo, y ya hoy Duryodhana estaba intentando de nuevo sus
               trucos ruines. Escupiendo ira por sus ojos y disparando con sus manos un aluvión de
               flechas contra él, Arjuna luchó furiosamente con su guru. Drona sabía que estaba siendo
               derrotado. Había tenido una oportunidad de capturar a Yudhisthira y trató de hacerlo,
               pero no fue lo suficientemente rápido. Arjuna había ido a rescatar a Yudhisthira y lo
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