Page 520 - Mahabharata
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                   Mientras decía esto, Arjuna fue atrapado en una lluvia de flechas. Venían tan rápidas
               y eran tantas que no podía ver nada. No se podía ver el carro de Arjuna. Se puso furioso

               y pensó que había llegado el momento de usar los astras. Con la frente fruncida en
               un hermoso ceño, Arjuna sopló su devadatta. Invocó al dios Twashtar y lanzó el astra.
               Era un astra maravilloso e hizo que los soldados alucinasen viendo miles de Arjunas
               y miles de Krishnas. Cada hombre pensaba que el que estaba a su lado era Arjuna y
               se empezaron a matar unos a otros. Hubo una completa masacre en el ejército de los
               trigartas.
                   Los que quedaron asaltaron a Arjuna y Arjuna les mataba por cientos, pero los
               trigartas no se inmutaban, cubriendo a Arjuna y a Krishna con sus flechas. La oscuridad
               causó una gran fatiga a Krishna que tenía su cuerpo húmedo de sudor y gritó:
                   — Arjuna, ¿dónde estás? No puedo verte, no puedo ver nada. Estas flechas me están
               desbordando, no sé si estás vivo o muerto.

                   Arjuna estaba loco de ira, invocó el astra llamado Vayavya y se produjo un terrible
               tornado. El manto de flechas desapareció en un momento. Arjuna y Krishna podían
               ver de nuevo, y pudieron observar cómo el tornado absorbía al ejército sacándolo del
               campo. Los soldados parecían un montón de hojas secas siendo arrastradas por el viento.
               No pudieron resistir la furia del astra. Varios de los grandes guerreros del lado de los
               trigartas fueron aniquilados por los dos astras que disparó Arjuna. Arjuna esperaba que
               ya iba a estar libre para volver al lugar donde estaba luchando Yudhisthira, pues no sabía
               los estragos que habría causado Drona.

                   Mientras tanto, la lucha continuaba. Desde el principio, Drona avanzó hacia el lugar
               donde estaba situado Yudhisthira. Su intención era capturarle tan pronto como pudiera.
               Sabía que Arjuna era poderoso y no sabía lo que tardaría en volver de su lucha con los
               samsaptakas, por lo tanto fue rápidamente al encuentro de Yudhisthira. Yudhisthira
               tenía a Dhrishtadyumna a su lado y le dijo:
                   —Debemos cuidar de que Drona no me capture. El comandante del ejército pandava
               sonrió a Yudhisthira y le dijo:

                   —Él puede haber prometido hacerlo, pero, mí señor, no le será fácil mantener su
               promesa mientras todos estemos aquí para hacer que sus palabras sean sólo palabras.
               Drona, en su deseo de complacer a ese odioso Duryodhana, se ha propuesto realizar una
               acción muy ruin, pero no ocurrirá. Castigaremos a ese hombre por esta injusta acción.
                   Cuando Drona en su deseo de capturar a Yudhisthira avanzaba hacia el ejército de
               los pandavas, vio que Dhrishtadyumna estaba ya avanzando hacia él, esto hizo que
               Drona se detuviera por un momento, no le gustaba encontrarse con Dhrishtadyumna,
               quien le iba a causar la muerte. Para el supersticioso Drona, aquello era como un mal
               presagio. Le evitó y siguió adelante, encontrándose con el ejército de Drupada, que
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