Page 521 - Mahabharata
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7. Drona 501
estaba situado para proteger a Yudhisthira. Para distraer la atención de Dhrishtadyumna,
Durmukha, un hermano de Duryodhana, fue a retarle. Dhrishtadyumna le cubrió con
sus flechas al tiempo que trataba de luchar con Drona. Durmukha siguió hostigando a
Dhrishtadyumna produciéndose un duelo.
En la oscuridad que habían causado las flechas de Durmukha, Drona se las arregló
para atravesar la defensa que había puesto Dhrishtadyumna. Ya estaba muy cerca de
Yudhisthira. Drona parecía un león tratando de cazar a un ternero que se había separado
de la vaca. Satyajit estaba allí defendiendo a Yudhisthira y atacó a Drona, pero Drona
cortó su arco. Él cogió otro arco y siguió luchando. Otro hermano de Drupada, de
nombre Vrika, vino a ayudar a su hermano. Drona acosó a los dos con sus poderosas
flechas y mató al valiente Vrika. Esto irritó a Satyajit, el cual arremetió contra Drona,
matando a su conductor y cortando su arco en dos. Pero Drona le cortó la cabeza a
Satyajit con una flecha de punta curvada.
Cuando vio la muerte de Satyajit, el ejército pandava se conmocionó. Los hermanos
Kekaya y los otros hermanos de Drupada vinieron a defender a Yudhisthira. Virata
también estaba allí. Vieron que Drona iba directo hacia el carro de Yudhisthira. El
hermano de Virata, llamado Satanika, vino hasta el frente. Trató de evitar que Drona se
acercara a Yudhisthira y luchó con valor, pero Drona le cortó la cabeza. Viendo que tres
grandes héroes habían muerto en pocos momentos, cundió el pánico en el ejército de los
pandavas. Nadie podía acercarse al terrible Drona. El campo de batalla parecía ser el
escenario escogido para la danza fatídica del dios de la muerte. Sikhandi, Vasudhana y
Satyaki fueron los tres siguientes que fueron a desafiar a Drona, pero él sin inmutarse
logró hacerles retroceder con sus terribles flechas. No eran flechas, eran como teas
encendidas que quemaban a cualquiera que se acercaba. Drona estaba ya muy cerca de
Yudhisthira, pero éste recordó las instrucciones de Arjuna y, montándose en el caballo
más veloz que pudo conseguir, huyó al galope del campo.
Los héroes pandavas no dejaban de estar amedrentados por Drona y no podían
detener su acoso. Su furia era peor que la de Bhishma. Varios de los hermanos de
Drupada y Dhrishtadyumna estaban luchando con él. El príncipe Suchitra cayó muerto
y por todo el campo se oían gritos de: « ¡Matad a Drona, matad al comandante sediento
de sangre! » Pero nadie podía matarle. Puso a todo el ejército en fuga, pero no había sido
capaz de lograr lo que se había propuesto. No pudo capturar a Yudhisthira, a pesar de
su cruel matanza.
Duryodhana estaba en medio del campo con Radheya, observando el pánico del
ejército de los pandavas. Estaba extremadamente complacido con Drona y dijo:
—Mira, Radheya, fíjate cómo el gran ejército pandava está siendo derrotado por nue-
stro acharya. Esos héroes no son capaces de enfrentarse con Drona. Tengo el sentimiento
de que nunca más pensarán en la guerra, están demasiado ocupados evitando las flechas