Page 537 - Mahabharata
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de cansancio Abhimanyu se desmayó. Cuando vio caer a Abhimanyu, el hijo de Dussas-
ana se abalanzó sobre él. El joven héroe estaba entonces recobrándose de su desmayo
y se iba a levantar, pero el hijo de Dussasana levantó su maza y le golpeó en la cabeza.
Abhimanyu cayó de nuevo, no pudiendo soportar la fuerza del golpe, cayó para no
levantarse más. Abhimanyu había muerto.
Fue aniquilado de la forma más traicionera por los bravos guerreros kurus. Seis
grandes guerreros se atrevieron a cometer este crimen cobarde en el campo sagrado
de Kurukshetra. Drona el comandante de las huestes kurus probó ser tan pecador y
traicionero como el rey por el que luchaba. El hijo de Drona, Aswatthama, aquel hijo
nacido por la gracia de Sankara, tomó parte en el crimen de un muchacho de dieciséis
años.
Fue un crimen, como el que nunca antes se había cometido. El hermoso hijo de
Arjuna yacía muerto y estos hombres bailaban alrededor del cadáver de este héroe como
animales, como bestias sin sentimientos; ni siquiera eso, pues una bestia hubiera sido
más compasiva; eran monstruos. Abhimanyu fue aniquilado por seis grandes héroes
kurus.
Había batido al ejército de los kurus como un tornado agita al mar. Le contemplaron
yaciendo en el campo de batalla; su hermoso rostro parecía la Luna poniéndose tras la
colina este, con sus ojos de loto cerrados y con su cuerpo cubierto por las flechas que le
habían sido disparadas. Sentían una enorme alegría en sus corazones y gritaban llenos
de júbilo. El grito pasó de boca en boca hasta que el ejército entero retumbó con el grito
de guerra: su grito de la victoria. El grito llenó de terror los corazones de Yudhisthira y
Bhima, pues supieron de inmediato que Abhimanyu había muerto. El recuerdo del joven
muchacho de pie sobre su carro sonriéndoles, hizo que Yudhisthira cayera desmayado.
No estaban preparados para esta calamidad. En la ausencia de Arjuna y Krishna, se había
cometido aquella grave injusticia y la hueste de los pandavas no sabía qué iban a decirle
a Arjuna cuando volviera de la lucha contra los trigartas. El Sol se había puesto. Los
kurus habían regresado a su campamento regocijándose por la muerte de Abhimanyu
y el campamento de los pandavas estaba sumido en las mayores profundidades de la
desesperación.
Capítulo X
EL JURAMENTO DE ARJUNA
Y UDHISTHIRA se sentó en tierra con los ojos llenos de lágrimas. Dijo:
—Este muchacho se fue a luchar después de decirme: « No temas, con seguridad
romperé el vyuha, pero si quedo atrapado dentro, no podré salir de él; eso es lo que
me preocupa. » Yo le aseguré que todos le cuidaríamos. ¿De que vale vivir después de