Page 739 - Mahabharata
P. 739
14. El ritual del caballo 719
Yudhisthira supo que su padre no estaba en el sabha de Indra debido a que no había
realizado el rajasuya se sintió mal, eso fue el comienzo de la etapa dolorosa. La muerte
de Sisupala fue el siguiente acto, al cual le siguieron los otros en rápida sucesión hasta
llegar al juego de dados con Sakuni y la escena de Draupadi en la corte de los kurus,
a consecuencia de lo cual los pandavas pronunciaron sus juramentos contra aquella
corte, con lo cual el drama alcanzó su punto culminante. El resto fue la catástrofe. La
escena en Dwaraka cuando Duryodhana y Arjuna fueron a pedirle ayuda a Krishna fue
el sexto acto, aquello decidió el destino de todos, pues la guerra en sí fue el acto final: el
séptimo. Los dieciocho días que duró la guerra, la muerte del gran Bhishma, de Drona,
de Radheya y de Abhimanyu fueron tan sólo escenas de ese pavoroso séptimo acto. El
acto acabó con la muerte de Sakuni, siendo la muerte de Duryodhana el desenlace final.
Este drama había cubierto un espacio de varios años, pero ahora habían llegado a un
estado en que podían mirar atrás. Después de haber atravesado ese espacio de tiempo
podían volver la vista atrás y contemplar los acontecimientos libres ya de toda emoción.
La memoria retrocedía reproduciendo vívidamente las escenas sin ninguna dificultad,
porque estaban ya libres de la amarga pena que había oprimido sus corazones durante
los últimos meses.
Krishna dijo:
—Arjuna, la guerra ha terminado, todos tus enemigos han sido aniquilados y Yu-
dhisthira es ahora el monarca del reino de los kurus. Yo he llevado sobre mis hombros
este peso, pero ahora mi tarea ha acabado y mis pensamientos se dirigen hacia Dwaraka;
deseo ver a mis padres. No me atrevo a pedirle a tu hermano permiso para partir,
primero me tienes que dar permiso tú, Arjuna, y luego puedes hablarle a Yudhisthira
sobre mi deseo de volver a casa. Si él quiere dejarme ir, regresaré a Dwaraka, pero si, por
el contrario, él desea que me quede, me quedaré. El deseo de Yudhisthira es para mí más
importante que mi propio deseo. Todos vosotros podéis ayudar a vuestro hermano a
gobernar el reino, además tiene con él a Vidura para aconsejarle; mi propósito ya se ha
cumplido, creo que ya es tiempo de volver a casa. Arjuna, por favor, dame permiso para
irme.
Arjuna no podía contener las lágrimas de tristeza que brotaban de sus ojos al escuchar
las palabras de Krishna, pues la unión que existía entre él y Krishna estaba a punto de
concluir. Los inseparables iban a ser separados. Su corazón sufría añorando los días que
habían pasado, incluso aunque significase el volver a vivir la guerra, no le importaba.
Quería volver a sentir la emoción de aquellos días cuando salía en su carro conducido
por Krishna hacia el campo de batalla, haciendo sonar sus caracolas a pleno pulmón.
Los dieciocho días que duró la guerra fueron para él los días más emocionantes de
su vida. Krishna y él no se habían separado ni un solo momento, siempre estuvieron
juntos y ahora le había oído decir a Krishna: « Mi propósito se ha cumplido. » Arjuna