Page 753 - Mahabharata
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16. Destrucción 733
—Arjuna, tiéndete, Arjuna, quiero hablar contigo. Arjuna hizo lo que sentía que se le
ordenaba y enseguida se quedó profundamente dormido. Krishna se introdujo en su
sueño igual que lo había hecho, hace años, en la noche de la muerte de Abhimanyu.
Krishna tomó sus manos entre las suyas y le dijo:
—Arjuna, ¿te acuerdas que te dije una vez que todo en este mundo nace para cumplir
un propósito, y que después de haberlo cumplido tiene que morir?
Arjuna dijo:
—Sí, Krishna, tú me lo dijiste cuando mi carro ardió después de la guerra. También
me dijiste...
Krishna le interrumpió y continuó diciendo:
—Sí, sí, te dije que también eso ocurriría conmigo. Todos los hombres han sido
puestos en este extraño viaje lleno de acontecimientos llamado la vida, han sido enviados
a este mundo con un propósito y una vez que se cumple ese propósito, la Tierra no
necesita más de ellos. Esto ocurre con todos nosotros, incluso yo. Yo me he creado a mí
mismo en esta Tierra con un propósito, pero en el momento que acabe yo moriré también
y lo mismo te ocurrirá a ti y a tus hermanos. Arjuna, ¿te acuerdas que te hablé de todo
esto?
Arjuna dijo:
—Sí, mi Señor, me acuerdo.
Krishna dijo:
—Arjuna, quiero decirte algo: Mi propósito en esta Tierra se ha cumplido: me voy.
Pero tú has de venir también, no podemos estar separados el uno del otro.
Arjuna le dijo:
—Krishna, mi señor, ¿qué me estás diciendo? No logro entender lo que me dices.
Krishna sonrió dulcemente y le dijo:
—Mi querido amigo, quería verte una vez más antes de irme y ahora te he visto. Ya
no tengo nada que lamentar. En cuanto al significado de mis palabras, lo entenderás
mañana.
Una fresca y brillante sonrisa iluminaba la cara de Krishna mientras se desvanecía,
desapareciendo del sueño de Arjuna.
Krishna caminaba ahora con paso lento y vacilante. Él era un dios y podía morir de la
misma forma que lo había hecho su hermano, renunciando a su aliento mediante el poder
del yoga. Pero esta vez había optado por encarnar como un hombre, y en una ocasión le
había dicho a Arjuna que él actuaría de acuerdo al papel que estaba jugando, así pues,
tenía que morir como un hombre y no como un santo; tenía que morir a causa de algo.
Recapacitando sobre esto Krishna se acostó sobre el suelo quedándose profundamente
dormido.