Page 147 - Pacto de silencio
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hasta la fecha. “En los laboratorios de la Fundación Jiménez Díaz —cuenta a
Cambio 16 un biólogo— hicimos pruebas con grupos de diez ratas de quinientos
gramos cada una, a las que les dábamos tres miligramos de aceite de colza de
todas las formas imaginables (frito, en ensalada, crudo, etcétera), y ninguna de
las cobaya reprodujo el síndrome. Simplemente, engordaban.”
»En el Instituto Nacional de Toxicología y en el Centro de Nutrición y
Alimentación de Majadahonda, dos de las instituciones científicas de mayor
prestigio del país, los experimentos dieron parecidos resultados. “La
administración de muchas muestras de aceite a babuinos, monos, cobayas y
hamsters han dado resultados negativos”, concluye la Organización Mundial de
la Salud en un informe elaborado en 1983 y dado a conocer este año.»
Y poco después insiste en la absoluta ignorancia que se tiene a nivel oficial acerca
de la toxina que causó el envenenamiento: «Las pruebas de que las anilidas de ácidos
grasos fueron la causa de la enfermedad siguen siendo poco convincentes —asegura
en su informe la OMS— (…) Mientras la toxina exacta del acetre siga sin
identificarse, todas las muestras de aceite confiscadas deberían conservarse
almacenadas ya que mientras siga sin descubrirse la causa precisa, no puede tenerse
la seguridad de que esta enfermedad no volverá a presentarse en España o en otros
países».
El Dr. Antonio Corralero Romaguera me contaría que el jefe de Neurología del
hospital Primero de Octubre de Madrid, consultor permanente de la OMS: recogió en
su día aceite de familias afectadas del síndrome tóxico, y los envió a los Estados
Unidos para que experimentaran con él en monos. La respuesta que obtuvo fue que
los monos no se intoxican, sino que engordan. Los doctores Ángel Pestaña y José
María Mato escribieron el 19 de octubre de 1984 en El País: «Los intentos llevados a
cabo hasta ahora para reproducir la enfermedad humana en los animales de
experimentación no han sido satisfactorios desde el punto de vista critico de los
expertos. Se han descrito neumonitis, infiltrados perivasculares o lesiones
neuromusculares en animales tratados con anilidas de síntesis o con aceites
adulterados conteniendo estos derivados de la anilina. Sin embargo, tales resultados
no han podido reproducirse en otros laboratorios y fueron descartados por
insuficientes o artefactuales por los expertos de la OMS en la reunión de marzo de
1983.» Al año siguiente, la Oficina Regional para Europa de la OMS publica un
informe sobre la Primera Reunión del Comité Científico del Síndrome Tóxico
(reunido en Madrid del 20 al 22 de junio de 1984), en cuyo informe se constata:
«Se han examinado diversos aceites supuestamente relacionados con casos,
para determinar su toxicidad en una diversidad de modelos animales y en
distintos laboratorios. Las pruebas realizadas en laboratorios fuera de España
no han mostrado toxicidad alguna. De acuerdo con la recomendación del Grupo
de Trabajo de la OMS, de marzo de 1983, se llevó a cabo una prueba de
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