Page 178 - El judío internacional
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Llama la atención la ligereza con que habla Samuel de la represión a la prensa. Obtuvo ahora la
                  prensa polaca aquella libertad de la que la judía Polonia siempre gozo. Cuando escribe francamente
                  sobre los hebreos, propone Samuel represiones con mano fuerte. A Inglaterra, donde la prensa
                  vuelve también a obtener la libertad de crítica, no se atrevería probablemente Samuel a proponerlo.
                  Expresa sobre la prensa hebrea en Polonia Israel Friedlaender: "La prensa hebrea se desarrollo
                  rápidamente al impulso civilizador de los semitas, en Polonia. Puede deducirse la magnitud de su
                  influencia del hecho (que incomprensiblemente señalan los polacos en son de reproche), de que el
                  principal diario israelita de Varsovia tenia, hace pocos años, una tirada mayor que el resto de la
                  prensa polaca en conjunto".

                  Informa Morgenthau: "Se excitaban los soldados ante el rumor de que los judíos eran bolcheviques,
                  en tanto que en Lemberg se dijo que los hebreos hacían causa común con los ucranianos. Fueron
                  estos excesos, pues, tanto de carácter político, como antisemita".

                  "Así como los judíos considerarían sumamente injusto que se les juzgase en su conjunto de raza, a
                  raíz de hechos aislados de unos pocos correligionarios, seria también injusto juzgar a la nación
                  polaca en su totalidad por las violencias perpetradas por tropas indisciplinadas o bandas aisladas de
                  la plebe. No estaban estos excesos preparados manifiestamente, porque de haber formado parte
                  de un plan premeditado, se habrían elevado a miles el número de victimas, en tanto que, en
                  realidad, no se trata más que de unas 280. Deben considerarse estos excesos como resultado del
                  profundo sentimiento antisemita acrecentado por la creencia de que los habitantes hebreos
                  profesaban sentimientos hostiles al Estado polaco".

                  Manifiesta el embajador Rumbold: "Los judíos pretenden explicar la imaginación enfermiza de los
                  de su raza, diciendo que se trata de un pueblo oprimido y perseguido... Esta afirmación, aceptada
                  en teoría, tiene en si muchas ventajas, salvo la de su veracidad. Si tenemos en cuenta lo que les
                  ocurrió en estos últimos tiempos a otras "minorías de raza, religión y lengua", no se nos presenta el
                                                                 t

                  judo como el pueblo mas perseguido, sino por el con rario, como el mas favorecido de Europa.

                  Hace constar el general Jadwin que la grita de persecuciones no debe apreciarse sino como medio
                  de propaganda, y afirma: "Los desordenes de Lemberg, producidos desde el 21 al 23 de
                  noviembre, tal como los excesos en Lituania, se trocaron en arma para una propaganda antipolaca.
                  La Oficina de Prensa de los países centrales, cuyo interés era desacreditar a la Republica polaca,
                  permitió la publicación de informaciones periodísticas, según las cuales, testigos oculares
                  calculaban el numero de victimas entre 2.500 y 3.000, aunque según declaración de las juntas
                  locales hebreas ascendieron cuando mucho a 76". Y dice mas adelante: "Tal como los demás
                  gobiernos, independientes del mundo, Polonia esta también expuesta a una propaganda política e
                  internacional emanada de la guerra. La inflación, supresión o invento respectivamente, de noticias
                  de actualidad, el soborno de diarios por todos los medios, y la perversión de los órganos públicos
                  mediante influencias ocultas, todos los medios, en fin, de una intencionada propaganda,
                  constituyen una amenaza, bajo la cual Polonia debe sufrir especialmente".

                  Es esta propaganda así caracterizada, desde luego, total y típicamente hebrea.

                  Morgenthau calcula el numero de judíos muertos en 268, en tanto que Rumbold habla únicamente
                  de 18 dentro de "Polonia propiamente dicha", los restantes murieron en desordenes de la zona de
                  guerra. Samuel, señala en 348 el total de muertos.

                  2. CAUSAS GENERALES DE LOS DESORDENES ANTI-JUDIOS ANTES DE LA GUERRA

                  Dice Stuart Samuel al respecto: "Los hebreos residentes en Polonia y Galitzia suman unos tres
                  millones. La opinión pública se había excitado contra ellos a causa de la declaración de un violento







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