Page 179 - El judío internacional
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boicot, que data de la época posterior a las elecciones parciales de la Duma, realizadas en Varsovia
                  en 1912. Las relaciones comerciales entre Polonia y Rusia fueron siempre muy importantes,
                  especialmente en manos hebreas, y no solo en cuanto al comercio de artículos de exportación, sino
                  también en lo referente a su fabricación. Era un monopolio judío la fuerza propulsora en casi todos
                  los negocios. La mayoría de los agentes rurales, al servicio de la nobleza polaco, pertenecen a la
                  raza hebrea. Merece atención, también, el hecho de que las clases medias de la población están
                  formadas, casi en su totalidad por judíos. Por encima esta la nobleza, y por debajo la población
                  rural. Las relaciones de los hebreos con los campesinos son satisfactorias. Los aldeanos no saben
                  leer los diarios, por cuya razón sucumben fácilmente al antisemitismo al militar en el ejército.
                  Dícese que no es extraordinario el que aldeanos polacos recurran al fallo de los juzgados rabínicos
                  o judíos".

                  Resulta, entonces, que los hebreos en Polonia gozaban de una posición muy favorable. Compárese
                  al respecto lo que dijo Samuel acerca del mismo asunto al principio del presente capitulo.

                  En lo que respecta a lo dicho por Samuel sobre el monopolio comercial hebreo en Polonia, añade
                  Rumbold: "Podría suceder que se interpretara erróneamente lo expresado por Mr. Samuel acerca
                  de su apreciación de la parte que antes de la guerra tenían los hebreos en las relaciones
                  comerciales ruso-polacas, y con respecto a las industrias del país, mas resulta que la mayoría de las
                  mercaderías exportadas de Polonia fueron comerciadas por los hebreos, y que solo un pequeño
                  porcentaje de las mismas fue fabricado por ellos".

                  Expresa el capital Wright: "En Polonia, hasta la ultima generación, todos los comerciantes fueron
                  hebreos. Los polacos han sido labriegos o terratenientes, respectivamente, abandonando el
                  comercio a los hebreos. Todavía hoy resulta que mas de la mitad, acaso las tres cuartas partes de
                  los comerciantes son hebreos. Tanto en las capitales, como en las aldeas, consta que los hebreos
                  orientales no son casi nunca productores, sino solo intermediarios... Desde el punto de vista
                  nacional-económico parecen siempre los judíos como mercaderes, jamás como produc o es de t r
                  valores, ni siquiera como manufactureros; son en especial traficantes en dinero. Con el tiempo, se
                  hicieron dueños de la totalidad del comercio y del trafico, y a partir de entonces no trabajaban en
                  nada".

                  Añade Wright a lo dicho por Samuel acerca de los agentes rurales: "Es Polonia un Estado agrícola;
                  pero los hebreos orientales, contrariamente a sus hermanos occidentales, desempeñan un rol muy
                  importante en la agricultura. Cada aldea, cada alquería, posee su judío propio, que se asienta en
                  una especie de trono hereditario. Se encarga de la venta de los productos de los campesinos, y les
                  tramita sus compras en la capital. Todo terrateniente o aristócrata polaco tenía así su judío propio,
                  que tomaba a su cargo lo concerniente al comercio, que administraba la parte mercantil de la
                  alquería, que facilitaba dinero a su dueño... Además, casi todos los habitantes de las poblaciones
                  rurales son semitas, haciendo de traficantes en cereales y pieles, de traperos y de negociantes al
                  por menor".

                  Dice este mismo testigo, con respecto a la clase media: "Es instructivo imaginar el probable aspecto
                  que ofrecería Inglaterra, si viviera en condiciones iguales. Al llegar a Londres, observaría el
                  forastero, de cada dos o tres habitantes, un hebreo; todos los barrios bajos estarían habitados
                  exclusivamente por semitas; en ellos, cientos de sinagogas. Observaría en Newbury que toda la
                  ciudad era judía, con todos sus carteles y letreros pintados con letras hebreas. Llegando al condado
                  de Berkshire, hallaría como único tendero en la mayoría de sus aldehuelas a un hebreo y que estas
                  aldehuelas en su mayoría estaban compuestas por chozas hebreas. Casi todas las fábricas en
                  Birmingham estarían en manos semitas y dos de cada tres negocios ostentando rótulos hebreos".

                  Se esforzó Wright por dar a sus compatriotas ingleses clara idea plástica de cual es realmente la
                  situación en Polonia, y de cual debe ser necesariamente el ánimo popular. Por ello la prensa judía







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