Page 190 - El judío internacional
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No excluiríamos ninguna producción literaria judía, por denigrante que fuese, del correo o de la
                  biblioteca publica en que se hallare. Cualquier orador hebreo podría sin cuidado hablar en
                  asambleas públicas. Empresa alguna judía tendría que temer un boicot. Defendemos la libertad de
                  palabra y de hechos. Los hebreos, en cambio, no quieren ni libertad de palabra, ni de prensa. En
                  cada Estado de la Unión el B'nai B'rith, trabaja para lograr una ley que prohíba en absoluto
                  cualquier publicación que desagrade a los judíos: tal es la verdadera respuesta de los judíos a los
                  hechos aquí aducidos.

                  En centenares de bibliotecas públicas los hebreos están interesados en eliminar toda obra que
                  suscite la mínima duda de que los judíos son el pueblo más virtuoso y ejemplar del mundo entero,
                  el pueblo predilecto de Dios.

                  Así ocurre en los Estados Unidos y en mayor escala en aquellos Estados de Levante, que otrora con
                  mayor virilidad propugnaron la mas amplia libertad yanqui en palabras y hechos. Prosígase así en lo
                  futuro, que cada caso redunda por fin en una prueba mas, de que cuanto venimos escribiendo
                  acerca de los hebreos es la pura y única verdad.

                  Es el siguiente el panorama actual de la cuestión judía en los Estados Unidos: Esta en marcha un
                  acontecimiento publico de hechos velados demasiado tiempo ha. Los dirigentes judíos son
                  plenamente conscientes de la verdad de estos hechos. Consiste su replica en desmentir y suprimir.
                  El resultado: absoluto fracaso si se sigue por este camino.

                  (1) Que en esto, entre judíos se procede igual, resulta de una frase del abogado Loeb en la asamblea de judíos ortodoxos
                  del 24 de enero de 1912, quien dijo: "Viviremos en un estado cristiano, lo que es incompatible con nuestros intereses; por lo
                  tanto el Estado Cristiano debe ser destruido..." - N. de. A.

                                                            XIX
                                        INTERMEDIO LITERARIO: ¡QUE ES EL JAZZ?

                  Se preguntan muchas personas de donde proviene esta ininterrumpida riada de horrores musicales,
                  que penetra hasta el seno de familias honestas, obligando a nuestra juventud a tararear las
                  canciones salvajes de los negros. Respuesta: "el "jazz" es invención judía". Lo soso, lo viscoso, lo
                  contrahecho, el sensualismo animal: todo es de procedencia judía: Chillidos de simios, gruñidos de
                  la selva virgen, y voces de bestia encelada, se combinan con algunas notas semimusicales y así el
                  espíritu genuinamente hebreo penetra en las familias que otrora habrían desechado indignadas tan
                  ridículas costumbres.

                  Se comprobó en un pleito judicial que el 80 por ciento de las canciones "populares" son propiedad
                  de siete casas editoriales judías de música, que constituyen una especie de trust. El otro 20 por
                  ciento es también propiedad de elementos hebreos; pero se mantiene independiente del trust
                  citado.

                  ¿No es materia de reflexión el hecho de que, dondequiera que se tropiece en nuestra vida con
                  corrientes desmoralizadoras, se halle también siempre al hebreo? En la venalidad del base-ball, en
                  las finanzas a usura, en la relajación de nuestros escenarios siempre encontramos un grupo de
                  judíos culpables. Judíos en la violación de la prohibición alcohólica. La política bélica nacional: en
                  manos de hebreos. La telegrafía sin hilos: un monopolio semita. El peligro moral de las películas
                  pornográficas: explotado por israelitas. Son los años de la prensa mediante una presión mercantil y
                  financiera, y en un 80 por ciento los beneficiarios de la guerra, los organizadores de la más activa
                  resistencia contra usos y costumbres cristianas. Y a guisa de apoteosis, la música populachera,
                  mezcla de estupidez y sensualismo: ¡el jazz! ¡otra vez los hebreos!

                  Alguien dijo: "Dejadme hacer las canciones de un pueblo y conseguiré mas que dictando sus leyes".
                  En nuestra patria el judío mete sus zarpas en una y otra cosa.






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