Page 194 - El judío internacional
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indispensable para nuestra economía nacional, hasta el pan nuestro de cada día, la influencia judía
penetra también en nuestros hogares, fijando la clase de canciones que al piano se pueden cantar.
En el caso, desgraciadamente imposible, en la práctica, de poder aplicar a cada pieza de las que
compone nuestra existencia diaria, y que resulte influenciada por el espíritu hebreo, un letrero que
diga "judío", resultaría un conjunto capaz de asombrarnos y de hacernos levantar en armas.
XX
LOS VIVEROS DEL BOLCHEVIQUISMO EN LOS ESTADOS UNIDOS
Trabaja el bolcheviquismo en Norteamérica exactamente con los mismos métodos, y a veces con
los mismos agentes que en Rusia. Cuando Mar ens, el titulado embajador ruso, vióse obligado a t
abandonar el territorio de los Estados Unidos, dejo aquí a su lugarteniente. Karl Recht, abogado
hebreo neoyorquino. Su estudio es el centro de reunión de los funcionarios socialistas de esta
ciudad y de provincias, y a veces de los funcionarios de Estado yanquis que simpatizan con tales
tendencias. Lo que sucede en Nueva York, es de importancia general, pues salen desde allí los hilos
para todo el país. Nueva York es la escuela donde aprenden su faena los discípulos de la
revolución. Se amplían sus conocimientos por los consejos y las experiencias de delegados que van
y vienen de Rusia constantemente.
El norteamericano genuino no puede imaginarse que las alteraciones del orden, de las que lee
detalles en su diario, lo sean al azar, sino que son premeditados indicios de personas que saben
perfectamente lo que desean y lo que hacen. La ultima revolución (tal como la del 48) en Alemania,
la francesa en 1789, y la rusa bolchevique, fueron obra de hombres de los cuales cada uno
conocida de antemano y perfectamente el puesto a ocupar, y hasta la fecha no se aflojo la garra de
estos revolucionarios, clavada en la garganta de los pueblos que eligieron ser victimas, sino que
Francia se halla exactamente tan sojuzgada al dominio hebreo como la misma Rusia. Y en cuanto a
Alemania, no obstante su violento antisemitismo, intenta en vano librarse de la mano férrea que la
ahoga.
A fin de demostrar la forma en que las organizaciones hebreas en Norteamérica vienen propagando
la revolución y el bolcheviquismo, es preciso echar un vistazo sobre el movimiento obrero judío.
Fue, la "Quinta Avenida" de Nueva York, hasta hace unos quince años, el centro de la vida
comercial norteamericana de renombre. Dicha Avenida y sus barrios adyacentes son hoy un
enorme recipiente de judíos polacos y rusos, cuyas ocupaciones son aquellas que se refieren al
comercio de ropas o confección. El antiguo comerciante se iba retirando, bajaban los valores de las
fincas y los hebreos las adquirían a bajo precio.
Pululan hoy por allí miles de noctámbulos, tornando intransitable la calle para las personas
honestas: se respira una atmósfera eslavo-oriental. Es mantenido este barrio tan firme y
tenazmente, como si lo hubieran conquistado a punta de bayoneta.
Nada seria si se pudiese creer lo que vemos en las películas, en las que nos quiere demostrar el
ardiente amor con que estos recién llegados abrazan nuestro país y sus instituciones. Mas sus
propios hechos y las frases de sus voceros desmienten tan hermosa apariencia. No consisten como
debiera su anhelo en asimilarse a nuestro país y sus modalidades, sino en hebraizar a nuestro
pueblo. Consideran a Norteamérica como una masa de arcilla que puede moldear a su guisa, pero
no como a la madre amante, dispuesta siempre a admitir a nuevos hijos como suyos propios.
Cuando sintetizó Zangwill a Norteamérica como "el crisol de razas", ese concepto no caracterizo
cabalmente el proceso que aquí se desarrolla, pues el crisol contiene substancias que no desean
fundirse y tienden más bien a fundir el crisol. Sea como fuere, en la "Quinta Avenida" el crisol ya se
agrieto. Los rascacielos están repletos de talleres de todos los ramos de la confección de ropas y
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