Page 44 - El judío internacional
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Esto es verdad y así lo reconocerán llanamente pensadores judíos decididos. El judío es contrario a
                  todo orden social no-judío. Siempre que pueda desenvolverse libremente, será republicano frente a
                  la monarquía, y en la República será socialista, y ante el socialismo será comunista.

                  Causas de este proceder disolvente: En primer término su absoluta falta de sentido socializante,
                  pues es el judío un autócrata encarnizado. Será buena la Democracia para los gregarios de la
                  humanidad, mas el judío seguirá siempre formando cierta aristocracia en uno u otro sentido.
                  Democracia es un tópico que esgrimen agitadores judíos para elevarse ellos mismos a un nivel
                  superior a aquel en que se suponen subyugados. No bien han conseguido este nivel, despliegan de
                  inmediato sus métodos para lograr determinadas preferencias, como si fueran estas de derecho
                  natural, y como demostración de ello quedara la Conferencia de Paz, que constituye uno de los
                  ejemplos más terriblemente característicos. Los judíos forman actualmente la única nación cuyas
                  preferencias extraordinarias y especiales están basadas por el Tratado de Paz Universal. Mas de
                  esto trataremos detenidamente en su oportunidad.

                  Salvo algunos escasísimos publicistas judíos, que no ejercen ningún dominio en la ideología judía y
                  que son tolerados con el solo objeto de influenciar falsamente sobre la opinión publica no-judía,
                  nadie osará negar que los elementos disolventes social y económicamente, en todo el mundo, no
                  solo son dirigidos, sino también pagados por intereses judíos. Pudo mantenerse este hecho durante
                  largo tiempo oculto, merced a la persistente negativa de los judíos y a la falta absoluta de
                  información veraz por parte de aquellos órganos de publicidad de los que podían y debían esperar
                  los pueblos su ilustración. Hoy, van aclarándose los hechos. Las palabras de Herzl demuestran una
                  profunda verdad: "cuando nos hundamos los judíos, seremos proletarios revolucionarios, los
                  suboficiales de los partidos revolucionarios". Se publicaron estas palabras por vez primera en 1896,
                  es decir, muchos años ha.

                  Manifestanse ahora estas tendencias en dos sentidos: uno tendiente a destruir todos los Estados no
                  judíos del mundo, y otro que propende a erigir un Estado nacional judío en la Palestina. Este ultimo
                  plan cuenta con la más amplia simpatía del mundo no-judío, pero no con la de la totalidad del
                  pueblo judío, ni siquiera con la de su mayoría. El partido sionista hace mucho ruido en torno suyo,
                  pero en realidad no es sino una insignificante minoría. Apenas si se le puede considerar un
                  movimiento colonizador demasiado ambicioso.

                  En cambio, sirve de bastidor visible sumamente útil para urgir detrás de él otros planes ocultos. Los
                  judíos internacionales, los verdaderos señores de los poderes políticos y financieros del mundo,
                  pueden reunirse en cualquier parte y en cualquier momento, sea en épocas de guerra o de paz,
                  proclamando simplemente que no pretenden otra cosa que pensar y debatir los medios más
                  convenientes para repatriar a los judíos dispersos a su antigua Palestina, con lo cual desvían con
                  toda facilidad la sospecha de que puedan reunirse con otros y muy distintos fines. Así, los hebreos
                  de las naciones aliadas, tal como de los imperios centrales, celebraron conferencias sin la menor
                  molestia. En una de las conferencias sionistas – la sexta, celebrada en 1903 – predijóse con
                  absoluta certeza la ultima guerra mundial, su desarrollo y su fin, especificándose asimismo
                  claramente el punto de vista judío con respecto a la paz que se pactara.

                  Significa esto que aun cuando existe un nacionalismo judío, no es su plan definitivo el localizarlo en
                  el Estado territorial de la Palestina. Los propios judíos se niegan en absoluto a emigrar de los
                  territorios de los países no-judíos, se hará por razones fundamentalmente distintas, y no por
                  idealismo sionistas.

                  El señor Donald A. Cameron, último cónsul general británico en Alejandría, hombre que simpatiza
                  con el sionismo, y muchas veces citado en la prensa judía, dice a este respecto: "Los inmigrantes
                  hebreos en la Palestina se cansarán muy pronto de cobrarse mutuamente solo un 3 % de interés,







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