Page 50 - El judío internacional
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fuese cierto. Mas esta afirmación podría apenas hacerse para diez de cada mil judíos
                  particularmente hablando. Es innegable que no puede ser aplicada esta afirmación a todos aquellos
                  elementos internacionales que mueven los hilos invisibles de los gobiernos todos, y que durante
                  estos últimos seis trágicos años  se ocuparon de los asuntos mundiales en una forma tan
                  inequívoca, que de una vez por todas tiene que aclararse. Fatalmente, todos los judíos ingleses y
                  yanquis habrán de aguantar una época de intranquilidades que el mundo gustosamente les
                  ahorraría, pero que parece inevitable, en tanto no se haya dicho la verdad desnuda y, sobre todo,
                  en tanto la gran masa de los hebreos no se haya separada radicalmente de aquellos elementos que
                  gozan hasta ahora de su mas intima veneración.

                  Vale la pena que se estudie el efecto que causo la publicación de la pretendida hegemonía mundial
                  judía, tanto sobre judíos como sobre no-judíos. Los publicistas hebreos comenzaron por negar en
                  absoluto este intento: todo era falso, todo embustes, todo inventado por los enemigos de los judíos
                  para provocar odios y matanzas. Mas a medida que se van acumulando pruebas, se modifica el
                  noto de su criterio. Bien... Admitiendo que algo de eso sea cierto, "¿podría extrañar que los pobres
                  judíos oprimidos, llevados por sus sufrimientos casi a la demencia, soñaran en derrotar a sus
                  enemigos, ocupando los cargos gubernamentales?"

                  En presencia de este hecho diría tal vez el no-judío: "Perfectamente, mas se trata aquí de judíos
                  rusos, que a nosotros nada nos importan. Los judíos norteamericanos son intachables, y jamás
                  conspiraran de esta manera". Pero si penetrara el no-judío un poco mas en el fondo de las cosas,
                  tendría que admitir la existencia de cierto movimiento revolucionario mundial, que conmueve ya a
                  nuestro país, y cuyos espíritus dirigentes son judíos revolucionarios. Arribando a este punto, o bien
                  se mostrara la tendencia de admitir la teoría de que todo este movimiento, de acuerdo con su
                  origen, agitación, forma de propaganda tendencia es realmente judío, o deberá admitirse la teoría
                  de que se trata, en efecto, de un movimiento mundial, pero que este es judío únicamente por
                  casualidad. Tanto en judíos como en no-judíos, la impresión final será, empero, de que existe algo
                  que corresponde a las primitivas afirmaciones. Así dice, por ejemplo, Christian Science Monitor,
                  cuya importancia como revista nadie pondrá en duda, dedicando un articulo de fondo a la cuestión:
                  "Seria, sin embargo, un error fatal suponer que el peligro judío no existe, con tal de que se le diera
                  otro nombre y otra atmósfera. También y según uno de los mas elogiados libros del Antiguo
                  Testamento, podría llamársele "el horror de la noche", porque a sabiendas o inconscientemente, el
                  profesor Nilus quiere decir lo mismo que comprende el salmista bajo la potencia de lo
                  espiritualmente malo. En otros termino: para todo el que comprende el signo de los tiempos, es un
                  hecho innegable la existencia de una organización secreta e internacionalmente política que trabaja
                  incesantemente mediante su central psicología, en tanto la Humanidad, que debería hallarse
                  despierta, esta en un sopor profundo". Recomienda el Monitor que se eviten los prejuicios, pero
                  que no se desprecien las leyes de la lógica. Esto está perfectamente hecho y corresponde al deseo
                  de cualquier persona ecuánime que se haya propuesto estudiar este grave asunto. Pero nace con
                  mucha frecuencia la dificultad de un desprecio de los hechos, que no desean razonar lógicamente.
                  Puede afirmarse con certeza que en la mayoría de los casos existen prejuicios en contra y pese a
                  los hechos, pero que no son motivados por estos. Es preciso evitar ante todo dos prejuicios, cuando
                  quiere uno dedicarse a estos estudios. Consiste el primero en creer que el programa para la
                  hegemonía mundial judía, si existe, es de origen reciente. Al mencionarse tal programa, suelen
                  suponer los no-judíos que este se publicó la semana última, o el año anterior, o por lo menos en
                  nuestra edad moderna. No es necesario que sea precisamente así, y aun menos tratándose de
                  asuntos judíos. Es evidente que si tal programa hubiera de  confeccionarse en la actualidad,
                  debería tener, por fuerza, un carácter completamente distinto del que lleva el que a la vista
                  tenemos. Existe un programa moderno, pero no puede compararse ni en volumen ni en
                  profundidad con el ya existente desde hace mucho tiempo. Las constituciones completas de
                  gobiernos invisibles no son el resultado de reuniones secretas, sino que representan la acumulación
                  del trabajo espiritual y la quintaesencia de experiencias modernas seculares. Por otra parte, por
                  muy propensa que sea una generación moderna a despreciar  tales planes, representa solamente







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