Page 52 - El judío internacional
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Ahora bien: ¿existe en el mundo, actualmente, este rey? Y si así no fuera, ¿existen, por lo menos,
personas susceptibles de elegirlo? Desde los tiempos anteriores a la Era cristiana no existe
oficialmente un rey de los judíos, mas desde el siglo XI consideráronse los "príncipes del destierro"
como soberanos de los judíos dispersos entre los pueblos del mundo. Se llamaron, y así se llaman
hoy, los "exilarcas". Estaban en su séquito los sabios de Israel, que integraban la Corte y dieron las
leyes a su pueblo. Vivían, según las necesidades de la época y las circunstancias, en naciones
cristianas o musulmanas. Si finalizo este cargo con el postrer exilarca públicamente conocido, o si
solamente desapareció de la superficie histórica, si abandonóse del todo, o si sigue existiendo bajo
otra forma, todo ello son interrogantes abiertos. Es conocido el hecho de que existen magistrados
de una justicia universal judía. La existencia de organizaciones mundiales, es decir, organizaciones
dentro de la comunidad en extremo firme del pueblo judío, es tan conocido como el hecho de que
existe total uniformidad en el mundo entero para determinadas manifestaciones de su carácter
general. Nada hay en la posición o en la ideología del judío moderno que oponerse pudiera a la
suposición de la existencia de un exilarca judío en la actualidad, sino que, por el contrario,
semejante idea debe ser para ellos un valioso consuelo.
Dice al respecto la "Enciclopedia Judía": "Lo extraño es que los exilarcas se mencionan aun en las
Ordenanzas del Sábado del ritual asquenasio (oriental)... Los obreros del ritual sefardita
(occidental) no mantuvieron esta institución caduca, como no aparece tampoco en la mayoría de
las sinagogas reformadas del siglo XIX".
¿Existe actualmente un Sanedrín judío, o sea una corporación gubernativa o consultiva integrada
por judíos, que ejerce la suprema inspección sobre los miembros de su pueblo disperso en el
mundo entero? El antiguo Sanedrín hebreo, fue una institución en extremo interesante. Su origen y
constitución se ignora. Componíase de 71 miembros, incluido el presidente, y desempeñaba las
funciones de un senado político. No es posible encontrar fuente alguna, de la que tomara el
Sanedrín su autoridad gubernativa. Nunca fue una corporación elegida, ni democrática, ni ostento
la representación de nadie. Rechazaba toda responsabilidad frente a su pueblo. Fue genuinamente
judío en todos estos detalles. El Sanedrín era designado por el soberano o el sacerdote, no para
representar los intereses del pueblo, sino para ayudar al soberano en sus tareas administrativas. Se
reunía por orden especial, o en permanencia designando continuamente a sus miembros. Parece
haber sido su constitución igual al conocido sistema por el cual una aristocracia, con menoscabo del
desarrollo político del pueblo suele mantenerse en el poder. Dice al respecto la "Enciclopedia
Judía": "El Sanedrín, absolutamente aristocrático en su carácter, tomó probablemente su autoridad
de si mismo, integrándose con los miembros de las familias mas influyentes de la aristocracia y del
clero".
Fue secundada esta corporación por otra parecida, que administraba los intereses religiosos
populares. Se reclutan sus miembros al parecer, entre clases más relacionadas con la masa del
pueblo,
Ejercía el Sanedrín su poder gubernativo no solo sobre los hebreos residentes en la Palestina, sino
también sobre los dispersos por toda la Tierra. En su calidad de Senado con poderes
inmediatamente políticos, ceso con el derrumbamiento del Estado judío en el año 70 de la Era
cristiana, mas no faltan indicios de su subsistencia como corporación consultiva, hasta el siglo IV de
nuestra era.
En el año 1806, y para responder a ciertas preguntas relacionadas con el judaísmo, reuníase por
orden de Napoleón una asamblea de notables judíos franceses. Esta, a su vez, convoco el Sanedrín,
para conseguir el beneplácito de la comunidad hebrea del mundo entero a las respuestas dadas a
Napoleón. Reunióse este Sanedrín el 9 de febrero de 1807 en París, y siguió las antiguas normas,
estando integrado por judíos residentes en toda Europa, para conceder la máxima autoridad y el
peso del judaísmo mundial a los convenios que concertarse pudieren con Napoleón.
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