Page 57 - El judío internacional
P. 57

libertades a los infieles, mantendráse a nuestro pueblo y a nuestros delegados en absoluta
                  obediencia". "El proyecto de ley administrativa deber emanar de un cerebro único... por ello, si bien
                  tenemos que enterarnos del plan de acción, es nuestro deber no discutirlo, a fin de no destruir su
                  carácter unitario... La obra inspirada por nuestro jefe no debe, entonces ser presentada a la masa,
                  que la aniquilaría, ni siquiera a un ilimitado numero").

                  Si se observaran los Protocolos en su contenido manifiesto, se hace evidente que el plan esbozado
                  en estos apuntes en la época en que se les dio lectura, no constituyo nada nuevo, pues nada apoya
                  el supuesto de su origen moderno. Es su tono casi el de un legado religioso que se hubiera
                  transmitido por personas dignas de confianza, y de generación en generación. No se descubre en
                  ellos ningún síntoma de una ideología moderna, ni entusiasmo juvenil, sino la apacible seguridad de
                  hechos maduros y contrastados por el tiempo, y una política aprobada en prolongadas épocas de
                  experiencia practica. Por otra parte, se hace en dos oportunidades referencia a su gran antigüedad
                  de origen, expresándose en el primer Protocolo: "Ya en épocas lejanas fuimos los primeros en
                  arrojar a las masas la falsa simiente de "libertad, igualdad y fraternidad". Se repitieron estas
                  palabras, desde entonces, infinidad de veces por los loros electoreros; de todos los lados se
                  agruparon en torno de este cebo, aniquilando así el bienestar de la humanidad y la verdadera
                  libertad individual. Los infieles que se conceptúan inteligentes y racionales, no intuían el doble
                  sentido de esas palabras, no advertían la mutua contradicción que envuelven, ni notaron que en la
                  Naturaleza no existe igualdad..."

                  La segunda referencia a la edad original de los Protocolos, se halla en la sección 13, donde se
                  expresa: "Las tareas políticas no incumben a aquellos que desde hace largos siglos prefijaron y
                  condujeron nuestra política". ¿No seria posible que se refiriera esto a un Sanedrín judío secreto,
                  que dentro de determinada jerarquía se herede de generación en generación?

                  Es preciso recopilar: los referidos autores y jefes no pueden ser de una casta hoy reinante, porque
                  el contenido total de los Protocolos se muestra directamente hostil a los intereses de semejantes
                  castas. En modo alguno puede referirse a ningún grupo nacional-aristocrático, verbigracia el de los
                  "junkers" (agrarios feudales) germanos, porque el método propiciado privaría completamente a tal
                  grupo de toda su preponderancia, sino que estos Protocolos pueden solo concernir a un pueblo que
                  no posee un gobierno propiamente dicho, que lo puede ganar todo, pero sin exponerse a perder
                  nada, y que puede mantenerse firme aun dentro de un mundo en ruinas. No responde a estas
                  premisas sino raza única.

                  Compréndese, además, por el tono de los Protocolos, que el orador o redactor no ansiaba honores
                  personales, destacándose el documento por su carencia absoluta de toda ambición individual.
                  Todos los planes, objetivos y esperanzas, son enfocados hacia idéntica meta: el porvenir de Israel.

                  Parece que este porvenir solo puede realizarse mediante la destrucción científica de determinadas
                  ideas primordiales de los no-judíos. Tratan los Protocolos de lo que a este respecto esta hecho, de
                  lo que queda aun por realizar. Jamás se llego a conocer nada igual en cuanto a prolijidad de
                  detalles, a amplísima proyección; ni a honda comprensión de las intimas fuentes de todo proceder
                  humano. Son verdaderamente terribles en su comprensión de los secretos de la vida, y aparte de
                  terribles, temibles por la nítida conciencia de su superioridad. Efectivamente, los Protocolos
                  merecerían el juicio que ciertos publicistas hebreos quisieron adjudicarles recientemente, de que
                  son obra de un inspirado demente, a no ser que lo que se halla esbozado en sus distintas tesis no
                  llevara también perceptiblemente el sello de grandes anhelos y hechos de nuestra vida actual.

                  Es justa la crítica que provocan estos Protocolos en el no-judío. No es posible contradecir ningún
                  criterio sobre la mentalidad y volubilidad no-judías. Aun los más ilustres pensadores no-judíos no se
                  dejaron engañar, considerando causas del progreso lo que hasta medianías intelectuales
                  conceptuaron los medios más perversos de una propaganda engañosa.







                                                                                                             57
   52   53   54   55   56   57   58   59   60   61   62