Page 59 - El judío internacional
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cuatro principales partes representan gruesos troncos, de los que van brotando otras muchas
                  ramas.

                  Analizase en ellos en primer término la apreciación judía de la naturaleza humana, entendiéndose
                  esta como la esencia pura de todo este humano. Un plan como el incluido en estos Protocolos
                  jamás habría podido concebirse por una mentalidad que no se hubiese desde un principio basado
                  en la verosimilitud de su posible realización sobre un claro juicio de la vileza y ruindad de la
                  naturaleza humana, tal como el carácter no judío se define en todas estas tesis.

                  En segundo término se detalla aquello que verificóse para la realización del plan.

                  Aparece en el tercer grupo de ideas una instrucción completa de los métodos a utilizar para cumplir
                  el programa, y más adelante, aunque en otra parte no se les nombrara en especial, estos métodos
                  descubrirían ya de por sí todo el bajo desprecio hacia la naturaleza humana, en que se basa el
                  plan.

                  Enumeran en cuarto término los Protocolos, uno por uno, los éxitos principales ya logrados en la
                  fecha de la redacción de los documentos. Otros propósitos, que entonces solo eran un anhelo, se
                  realizaron entretanto, pues no debe olvidarse que entre 1905 y nuestros días transcurrió suficiente
                  tiempo para mover múltiples influencias y lograr muchos objetivos. Tal como lo demuestra el
                  segundo párrafo del lema que encabeza el presente capitulo, supo perfectamente el autor de los
                  documentos que ocurrirían acontecimientos dentro de una marejada de grandes crisis;
                  conocimiento este que se comprueba en otras fuentes hebreas al margen de los Protocolos.

                  En el supuesto de que nuestra obra se desarrollara a la manera de una investigación procesal de la
                  cuestión hebrea, el presente capitulo debe tratar de captarse la voluntad del lector enumerando
                  primeramente una serie de hechos que apoyen por sí mismos nuestras afirmaciones. Empero, si
                  empezamos con la observación de los juicios hebreos acerca de la naturaleza humana, se hace así
                  en favor del interés del lector, particularmente del no-judío, que instintivamente se opone a que
                  exista tal apreciación. Conocemos de otras variadas fuentes el juicio que el judío se forma acerca
                  de la naturaleza humana, juicio que coincide perfectamente con el emitido en estos Protocolos, en
                  tanto que fue siempre autosugestión de los no-judíos suponer que la vida humana se basa
                  únicamente en la dignidad y en la nobleza. Observando la cuestión desde cualquier punto de vista,
                  no cabe duda apenas de que la apreciación judía es la más justa. Y que el profundo desprecio que
                  se desprende de los Protocolos judíos, si bien es en extremo amargo para el orgullo y la vanidad
                  humanas, no resulta empero equivocado.

                  Rebuscando aquellos párrafos en los que esta apreciación se refleja, se halla una motivación
                  filosófica completa casi del raciocinio y de las cualidades humanas. Dice la primera tesis, por
                  ejemplo: "Es preciso saber que existen muchas mas personas con instintos malos, que buenos. Por
                  lo tanto, los mejores resultados para dominarlas no se obtienen por argumentaciones académicas,
                  sino mediante el terror y la violencia".

                  "Cada cual ansia el poder, cada cual desearía, de ser ello posible, declararse dictador, y muy pocos
                  son los que solo para conseguir sus propósitos no sacrificarían sin titubear los bienes de los demás.
                  El hombre en su masa, vale decir, las masas populares, dejase guiar por pasiones harto frívolas;
                  por opiniones, costumbres, tradiciones e instintivos impulsos, y se inclina a disidencias de partido,
                  detalle este que es la absoluta negación de todo sentido social, aun cuando se basen aquellas en
                  fundamentos completamente racionales. Depende toda decisión de las masas de una mayoría
                  casuística o dirigida, que debido a su ignorancia de las energías más profundas, y ocultas de la vida
                  política no la conducen sino a determinaciones estúpidas, y que tienen a su vez por resultado la
                  anarquía y el caos. Cuando se desee proyectar un plan de acción racional, es preciso tener en
                  cuenta la vileza, versatilidad y volubilidad de las masas... Es necesario tener presente que la fuerza







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