Page 62 - El judío internacional
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Protocolos de los "Sabios de Sión".
Los párrafos siguientes servirán de ejemplo. Expresase en la primera tesis: "Libertad política es una
idea, no un hecho. Es necesario saber emplear esta idea cuando se precisa un cebo eficaz para
iniciar la ayuda de la gente para su propio partido, al iniciar este la tarea de desalojar del poder a
otro partido. Se facilitara grandemente esta tarea cuando el adversario lleva el contagio del morbo
de la "libertad", o sea del denominado liberalismo, en holocausto de cuyas ideas entrega
voluntariamente algo de su poder".
Dice la quinta tesis: "Para dominar la opinión publica, es menester, ante todo, marearla con la
discusión de muchas ideas contrapuestas y discutidas en los mas divergentes puntos de vista para
que se pierdan los infieles en el laberinto arribando finalmente a la conclusión de que lo mejor será
no tener opinión política alguna, pues la comprensión de asuntos políticos no es dada a las masas,
sino con exclusividad al soberano que las gobierna. Este es el primer secreto. Consiste el segundo
en aumentar y redoblar los desengaños de los hombres en sus costumbres y modo de vivir, hasta
el extremo de que ya nadie halle firme apoyo en el caos, y de que las gentes pierdan toda facilidad
de enterarse mutuamente. Nos servirá esta previdencia para crear disensiones en todos los
partidos, disolver toda unidad de energías que se nos puedan oponer, y paralizar toda iniciativa
personal, que de cualquier manera podría ponerse en nuestro camino".
Expresa otro párrafo del Protocolo número 13: "... y buscamos el aplauso, no tanto para nuestras
acciones como para las palabras que formulemos en uno u otro debate. Declaramos siempre en
público que en todas nuestras disposiciones nos guían únicamente la esperanza y la certeza de que
servimos con ellas al bien publico. Para lograr en particular que personas especialmente activas se
ocupen de asunto políticos, plantearemos nuevos problemas que, al parecer, se relacionan con el
bien público, por ejemplo, problemas económicos. Con estos ¡que se mareen cuanto quieran! Les
sugerimos bajo esta condición, la idea de que estos nuevos problemas también tienen importancia
política". (Desearíamos que el lector, al recorrer estos detalles, haga recorrer también su memoria
hacia hechos pasados y presentes, para ver si halla algo correspondiente en su propio desarrollo
intelectual o real...) A fin de impedir que prosigan los infieles una idea lógicamente hasta su fin,
desviaremos su atención sobre diversiones, juegos, deportes, lujos y casas públicas. Estos placeres
hará que desistan de ocuparse de cuestiones serias, por las que, en caso contrario, tendríamos que
luchar con ellos. Mientras los hombres se vayan desacostumbrando de pensar por cuenta propia, se
entregaran cada vez más a nosotros, porque seremos nosotros los únicos que les ofreceremos
siempre ideas nuevas. Claro es que será necesario obrar siempre por intermedio de personas cuyas
relaciones con nosotros no se sospechen. Se pronuncia en este mismo Protocolo con la claridad
necesaria al objeto a que sirve la divulgación de teorías "liberales", cuyos portavoces son las
autores, poetas, rabinos y las sociedades e influencias hebreas, diciéndose: "El papel que
desempeñan las ilusos liberales terminara muy pronto, cuando nuestro verdadero gobierno se haya
encargado del poder. Hasta ese momento nos prestarán valiosos servicios. Por tal razón
seguiremos también en lo futuro dirigiendo la ideología de los infieles sobre todo los líos de nuevas
teorías fantásticas y, al parecer progresistas. Lo necesario es que lograremos en grado sumo,
atrofiar los cerebros de los infieles con la palabra progreso..."
Lo real es, entonces, que tenemos ante nosotros un programa completo en plena realización y que
dicho programa se basa en enervar, complicar y rebajar el estado de ánimo de la humanidad. Esto,
para un ser libre de preocupaciones, seria casi imposible de admitir, si no nos demostrara la
experiencia que ante nuestros propios ojos se van desplegando para su cumplimiento fuertes
energías, cuyos poseedores gozan entre nosotros de gran estima, y que pueden, muy fácilmente,
ser reconocidos.
Hace poco una importante revista intento comprobar la imposibilidad de la existencia de un
programa mundial entre el judaísmo internacional, con el argumento de que militan prohombres
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