Page 26 - Sobre Anne Frank
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distorsiones y discrepancias persisten". Y agrega: "Se dice que la versión en
                  inglés  es  'básicamente  ... como ella  la  escribió', lo  cual no  es  cierto, y se
                  describe como la 'edición definitiva', que no tiene sentido". Walter continúa
                  escribiendo que esta versión "estándar" es de hecho "aproximadamente un
                  tercio más larga" que la versión "estándar" anterior, pero señala:


                  ... sigue siendo una combinación ecléctica de A y B [es decir, las dos primeras versiones de
                  la "edición crítica"], y está empañada por errores y omisiones; muchos pasajes están en
                  lugares equivocados y faltan varios pasajes.
                  Walter concluye preguntando si la memoria de Ana Frank "no debería ... ser
                  atendida adecuadamente por una edición de lectura satisfactoria de su diario

                  después de medio siglo".


                  El epílogo de Rosselin-Bobulesco
                  La edición francesa de 1992 de esta nueva versión "estándar"  incluye un
                  epílogo de Isabelle Rosselin-Bobulesco que, por desgracia, está ausente de la
                  edición en inglés. El autor defiende, por supuesto, el argumento según el cual
                  la edición "académica" resolvió la controversia sobre la autenticidad del diario

                  de  Ana  Frank,  una  afirmación  que,  como  se  puede  ver,  equivale  a  una
                  ilusión. Aún así, recomiendo leer la sección dedicada a "La autenticidad del
                  diario" y, en particular, las páginas 348-349, donde mi propia posición se
                  describe  casi  directamente,  y  donde  hay  razones  para  dudar  de  esa
                  autenticidad, que se inspiraron en el comportamiento de Otto Frank , son
                  mencionados. Solo lamento que, al menos en el pasaje que citaré aquí, estas
                  razones se presenten como si se tratara de cosas obvias en las que todos
                  estuvieron de acuerdo. En realidad fue,


                  Aquí  cedo  la  palabra  a  Rosselin-Bobulesco,  destacando  algunas  de  sus
                  palabras:


                  A  su  muerte,  Otto  Frank  legó  todos  los  escritos  de  Anne  al  Instituto  Estatal  de
                  Documentación  de  Guerra  de  los  Países  Bajos,  el  RIOD. Ante  los  asaltos  que
                  cuestionaban la autenticidad del diario, el RIOD consideró que, en vista del aspecto cuasi-
                  simbólico y del interés histórico del Diario, se había vuelto indispensable para calmar las
                  dudas. Sabemos que no faltaron imprecisiones. El diario estaba escrito en varios cuadernos
                  y  en  hojas  sueltas. La  propia  Anne  Frank  había  redactado  dos  versiones. Han
                  habidovarias  versiones  mecanografiadas  que  no  siguieron  completamente  el  texto
                  original. Las  modificaciones,  adiciones  o  remociones  habían  sido  efectuadas  por  su

                  padre. Además, se habían introducido correccionespor personas a las que Otto Frank le
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