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Se realiza el siguiente ejercicio y se dio la siguiente instrucción:
A continuación, imaginarán un tablero de ajedrez en él, hay unas fichas blancas y negras jugando una
partida. Las fichas blancas representan los pensamientos, las emociones y sentimientos “positivos” que cada uno
usualmente tiene, por ejemplo, aquellas cosas en las que les gusta pensar, y las fichas negras representan emo-
ciones “negativas”, pensamientos y demás, contra las que en algún momento de nuestra vida hemos luchado.
Imaginen que el equipo de las fichas blancas (lo positivo) juega estratégicamente para ¡eliminar! y sacar del
tablero a las fichas negras, pero estas se hacen cada vez más grandes, parece que se multiplicaran con la lucha.
Lo cierto es, que, aunque suene ilógico, el resultado que obtienen es, que entre menos esté dispuesto a tener las
fichas negras en el tablero, sucede que estas están más presentes en la vida. La cuestión es que, si usted está en
guerra con sus pensamientos o emociones, significa que algo en ustedes no va bien y por más de que traten de
luchar, estos no desaparecerán.
Se preguntó a tres estudiantes aleatoriamente a partir de este ejercicio ¿Que parte del juego de ajedrez
es uno? Si alguien responde “las fichas negras”. Se le dirá: “Si solo fueses las fichas negras, no tendrías también
pensamientos positivos, todos tus pensamientos serian
negativos y entonces probablemente ni siquiera habría
conciencia de que son pensamientos negativos, pues
para identificar algo debe compararse con otra cosa
respecto a la cual difiere. Si alguien responde “las
fichas blancas”. Se le responderá lo mismo que en el
caso anterior, pero sustituyendo pensamientos negati-
vos por positivos, fichas negras por blancas y vicever-
sa.
¿Cuándo en ustedes ganan las fichas negras
(pensamientos positivos) dejan de existir? O ¿Dejan
de existir cuando solo tienen pensamientos positivos? La respuesta esperable es “No”. Frente a esto se pregunta-
rá, ¿Entonces, que son cada uno de ustedes, o cual es la parte equivalente al yo en esta metáfora del juego de
ajedrez?
Se escucharon las respuestas y se concluyó expresando: Las fichas que representan los pensamientos,
emociones, recuerdos y demás no existirían si no estuviera el tablero.
Efectivamente el “yo”, “uno”, es el tablero y por más emociones, pensamientos o sentimientos que
existan, sin importar cuales ganen en una situación (negras o blancas), no dejarán de ser ustedes y pueden inter-
actuar con estos y sentir lo que estos producen, sin que les obstruya y obstaculice su vida, o dejen de hacer cosas
que sean significativas para cada uno de ustedes.

