Page 45 - La Cocina del Diablo
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El dispositivo luminoso de la central telefónica resplandeció de verde. Se escuchó la voz de Do, la secretaria
         general:
         -      ¡La opinión pública está al otro lado del teléfono!
         -      ¿Qué hay? gruñó el patrón.
         -      Ud. convocó a los representantes de la Prensa.
         -      Ellos me trastornan. ¿Quiénes?
         -      Nuestros  delegados  y  nuestros  hombres  de  confianza  en  las  redacciones  de  los  periódicos,  en  las
         agencias  de  información,  en  la  industria  cinematográfica,  en  la  edición,  y  en  todos  los  autores  y  críticos
         ligados a nosotros por contrato.
         -      ¡Bien ... pásemelos!
                La arruga autoritaria entre los ojos del Diablo se frunció nuevamente. Su voz se volvió dura, agresiva:
         -      ¡Aló... aquí el Patrón!
                "No he alcanzado aún, a poner bajo mi control a todos aquellos que forjan la opinión. ¡Uds. deben
         pues esforzarse, más enérgicamente, para sumergir los espíritus en la confusión!
                " Unid vuestras fuerzas para contrarrestar las ofensivas de nuestros adversarios!”.
                "Atención... No olviden jamás que el primer objetivo, el más importante, es de alejar al público de los
         problemas vitales, es decir fijar los proyectores en los detalles más insignificantes, ¡Hacer desaparecer en el
         silencio las grandes preguntas de las cuales todo depende, la vida o la muerte de la humanidad!”.
                "¡En el caso de que no sea posible hacerlo pronto, conténtense con falsear, fragmentar, con matar por
         el ridículo!”.
                "¡Propaguen  en  una  escala  muy  vasta  todo  aquello  que  es  inútil,  degenerado,  morboso,  dañino,  y
         sobre todo, resalten la elevación constante de aquello que se llama standard de vida!”.
                "¡Glorifiquen aquello que es indigno  y  hagan indigno  aquello que es bueno! ¡No dejen de elogiar
         todos los factores de decadencia! ¡Ataquen en todos los frentes, la vida y la salud!”.
                "¡No dejen de mentir! ¡Que lo Bueno se vuelva Malo, que lo Bello se vuelva lo Feo! Reemplacen el
         arte  por  el  artificio,  el  creador  por  el  fabricante,  el  héroe  por  el  deshonesto,  y  viceversa.  ¡Embellezcan,
         magnifiquen lo que es mediocre, indigno, criminal!”.
                "En lo que se concierne a la Naturaleza, combátanla, a fondo y por todas partes”.
                "¡Diviertan y fatiguen el espíritu de vuestros lectores con el entretenimiento de intrigas sórdidas de la
         política internacional  y el deporte popular! ¡Embébanlos de novedades sensacionales, de utopías, a fin de
         alejarlos  de  aquello  que  sería  fecundo!  ¡Sean  apasionados  al  relatar  las  frivolidades  de  la  moda,  los
         escándalos, los crímenes, los vuelos de los satélites artificiales o bien la explotación futura del planeta Marte,
         a fin de que nadie pueda ver más claramente las necesidades de la vida sobre la tierra, de modo que todos
         pierdan píe y que el suelo se derrumbe bajo sus pasos!”.
                "¡En vuestras informaciones, no releguen nunca el efecto a su verdadera causa! Traten cada caso en
         particular. ¡Falsifiquen o que queden en silencio los segundos planos de los sucesos, sobre todo cuando se
         trata de síntomas de decadencia o de catástrofes que el hombre desencadena sobre su propia cabeza!".
                "Favorezcan  todos  los  medios  de  industrialización,  la  mecanización,  la  motorización,  la
         automatización. Bauticen las etapas de esta degradación: "¡El Progreso en Marcha!".
                "¡Pongan  todo  en  obra  para  poder  oprimir  el  pensamiento  independiente!  ¡Si  él  surge  de  una
         personalidad superior, que se levanta en contra nuestra, si se prende una chispa de sabiduría y de ciencia,
         golpeen sin dudarlo! ¡Como revancha, pongan a los mediocres en el honor, coronen los viles y los ridículos!"
                "¡Cultiven, como en el pasado, el arte de hablar abundantemente para no decir nada, y enseñen esta
         virtuosidad bajo el nombre de cultura! ¡Que el intelecto frío y analítico se sobrepase! ¡Búrlense y asfixien las
         fuerzas del corazón!".
                "¡Que vuestras informaciones sean hábiles, tendenciosas: escojan, deformen, coloreen, despedacen!
         De este modo ejercerán una censura misteriosa y muy poderosa".
                "¡Todo lo que Uds. digan, lo que escriban, preséntenlo siempre como si fuera la última palabra, el fin
         del fin, la cumbre de la verdad! ¡Favorezcan la falta de mesura, la presunción, la locura de los grandes, la



         La Cocina del Diablo – Gunther Schwab                                                                44
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