Page 67 - La Cocina del Diablo
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se genera así, día tras día, en todo el cuerpo humano, multiplicando al céntuplo los males ya engendrados por
mis colegas de los otros departamentos.
- ¡Es realmente una historia graciosa! se regocijó el Patrón.
“La naturaleza ofrece la pureza, la fuerza nativa y la fuerza de curación, pero el hombre -este
insensato- despliega cotidianamente miles de esfuerzos para anular los dones de la Creación. El posee cientos
de miles de fábricas construidas para este fin, y se imagina conseguir, por medio de este crimen sin igual, una
supremacía completa sobre la naturaleza".
Azo se volvió hacia el Diablo:
- ¡Ahí tiene Ud. lo que ha sido mi trabajo, Patrón! Yo lo estimo satisfactorio. Y continúa tomando
envergadura. Mis asociados de los laboratorios no cesan de inventar venenos siempre novedosos y, en cada
descubrimiento, proclamamos al son de las trompetas que el secreto de la vida ha sido finalmente
descubierto.
"El orden social desracionalizado que hemos instituido no puede sufrir el cambio de estas tendencias,
pues dejó las bridas al peor apetito de lucro”.
“El hombre se parece ahora a un pez rojo, en el acuario donde se instila, día a día, veneno. La dosis se
eleva inexorablemente. ¿Por cuanto tiempo este pez rojo podrá resistir?”.
“He hecho del organismo humano un verdadero cóctel de venenos, un ponche hirviente y humeante
que se consume él mismo. Nada lo dice, y pocos lo saben. Porque la industria y el comercio, apegados a sus
capitales, se cuida de dejar el público en la ignorancia, en la indiferencia”.
“¡Y cuando un escritor aborda estas cuestiones, pulverizamos sus argumentos con la ayuda de
numerosas comunicaciones pseudos científicas, retribuidas en gran forma!”.
El Diablo hizo un signo de aprobación con la cabeza.
- Estoy contento Azo, ¡Continúe Ud. progresando en este sentido! ¡Perfeccione los métodos, estimule
el espíritu de invención, la codicia, el progreso técnico! ¡Y que la humanidad no tenga ni siquiera el tiempo
de notar el peligro, ni de tomar medidas preventivas!
La Cocina del Diablo – Gunther Schwab 66