Page 70 - La Cocina del Diablo
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dinitrofenol en los remedios adelgazantes que causan depresiones nerviosas, un trastorno permanente del
metabolismo, la inflamación de los nervios, la ceguera, calambres y la muerte".
- ¡Hay que sufrir para ser bella! dijo el Patrón.
- ¡Mis tintes para el cabello son venenos violentos, y me río mucho de los trastornos digestivos y
nerviosos cuya causa no es otra que una cabellera demasiado bella! Fabrico productos para la ondulación
permanente con la ayuda de compuestos de aluminio y de cloruro de mercurio. Bajo el secador estos tóxicos
se volatilizan y llenan el salón de belleza. Yo recomiendo el aceite de parafina, un buen cancerígeno como si
fuera la crema de belleza más fina, la mejor y la que puede ser mejor asimilada por la piel.
- Si, pero existe la parafina purificada. Y se le elimina el famoso factor cancerígeno del alquitrán,
objetó la doctora.
- ¡Es lo que dicen los químicos! ¿Pero cómo demostrarlo, ya que este factor misterioso es todavía
desconocido?
“Otro suceso maravilloso, son las hormonas sexuales femeninas, que prescribo para adelgazar, para
combatir la frigidez, para corregir las formas un poco gordas, para embellecer los ojos y los cabellos. Estas
hormonas tienen efectos terribles sobre las funciones internas, pero los hombres ni siquiera lo presienten.
Hago artículos de uso cotidiano; que se les encuentra en todas las farmacias y sobre millones de tocadores,
ellos son de aspecto gentil, amable, inocente, elegantemente empaquetados; tienen nombres originales y
cuestan ¡un ojo de la cara! mis asociados ganan fortunas gracias a estas pequeñas cosas”.
“Los insectos xilófagos son incómodos y peligrosos para la estructura de las construcciones, y las
maderas de construcción. Yo aprovecho para inflingir al hombre indirectamente algunos tóxicos muy buenos
en los insecticidas especiales para la casa y el corral. En primer lugar, el soberbio clornaftaleno. Es suficiente
una capa, el efecto tóxico dura por lo menos dos años. En Hamm, un inmueble nuevo cuyo valor era de
100,000 marcos alemanes tuvo que ser evacuado, porque sus habitantes enfermaban todos, como
consecuencia de las emanaciones de los insecticidas con los que se habían impregnado las maderas de la
construcción. Se constataron alteraciones del aparato genital. Es probable que haya que demoler este
inmueble. Además, los estantes donde se almacenaba fruta fueron pintados con un antixilófago que contenía
flúor. Hubo que botar todas las frutas. En los establos, los insecticidas de la madera comprometieron
gravemente al ganado. Ciento cincuenta bovinos perecieron, por esto, en Oldenburg”.
“En los Estados Unidos, se bañaba la madera en una solución al 3% de penta cloro fenato de sodio, -
ya diluido al 80% en su forma comercial-, y de tetraclorofetano de sodio al 20%. Se presentaron
intoxicaciones entre los obreros: dos de ellos murieron al cabo de algunos días. La autopsia reveló edema
pulmonar, alteraciones del hígado y los riñones”.
- ¡Suficiente! gritó el Patrón. Nosotros queremos creer que vuestras drogas son eficaces.
- Yo no ceso de inventar novedades: pastas, ungüentos, talcos, elíxires, para todas las horas del día y de
la noche, para todas las ocasiones de la existencia humana. Las gentes las adoptan porque son cómodas,
porque está de moda, y a veces, ellos creen cuidar de esta forma su salud. Puesto que propago la estúpida
idea que envenenando la vida, se contribuye a preservarla.
Los dos diablos reían a más no poder.
- ¿Qué tienes que decirnos aún? preguntó el Patrón.
- ¿Sabían Uds. que todas las estaciones de servicio distribuyen gasolina y aceite que representa un
peligro de envenenamiento irreparable para el suelo y la capa de agua subyacente? Estos grifos tienen
tanques subterráneos de fierro o de cemento, los cuales nunca quedan impermeables, a la larga.
“Por una razón análoga, he puesto de moda las calefacciones a petróleo (combustible líquido, viscoso
y negruzco, obtenido como residuo de la destilación del petróleo bruto), una calefacción moderna,
progresista, práctica y barata. En el momento que se traspasa del camión al reservorio privado el aceite cae al
suelo. Las consecuencias son faustas... La cuestión llegó a casa de un horticultor alemán. Tres años más
tarde, sus plantaciones comenzaron a perecer. El agua de la capa subterránea estaba irremediablemente
contaminada. Actualmente, dos hectáreas y media de terreno están completamente desnudas y la superficie
esterilizada se extiende cada vez más. No hay ningún remedio. Si se toma esta agua produce lesiones en el
hígado, estómago e intestino”.
La Cocina del Diablo – Gunther Schwab 69