Page 62 - La Cocina del Diablo
P. 62
"Los aromas de fruta son esteres de ácido fórmico, valeriánico, butírico y acético. En soluciones
alcohólicas diluidas, estos esteres proveen de esencias de fruta delicadas de las cuales uno se sirve para los
helados, los bombones, las limonadas y los licores".
"En cuanto a la vainilla, empleada tan corrientemente, es un derivado del alquitrán".
"Desde hace más de cien años, tiño los bombones con colores de anilina que son cancerígenos, -pero
garantizado inofensivos-, bien entendido".
El Diablo se echó a reír.
- Los baños de color "chocolate", en los dulces, se preparan a partir del marrón de tiazina R, -un
producto artificial-, "garantizado puro", se lee en el embalaje.
"En cuanto al brillo de las confiterías, este proviene de lacas especiales, fabricadas a partir del benzol
y del alcohol. Hay la laca ‘al chocolate’, la laca ‘brillante’, para los panes de especias y almendras tostadas,
la laca ‘mazapán’, la laca ‘glacé’ y muchas otras más".
- ¡Provecho! dijo el Diablo.
- Una palabra sobre los "bretzel": se les baña en una solución alcalina, que les da color, brillo y aroma.
Esta lejía es tan corrosiva que roe las uñas de los obreros y obreras. Para mantener frescos estos buenos
productos de pastelería, se hace uso de la notable Cordina 51, compuesta de ácido benzoico, sulfúrico,
cítrico, tártico, y fosfatos cloruros, etc. Se aúnan toda una serie de conservantes tales como el ácido
paroxibenzoico libre y el ácido fórmico.
"Las galletas, tan recomendables para los niños, los enfermos y las personas débiles, contienen varios
colorantes, y ... ¡Jabón!...”.
"Los bombones están hechos con azúcar, jarabe de almidón, y a veces edulcorantes sintéticos. Se hace
cocer la materia a 112 grados, se le agrega colorantes artificiales, esencias aromáticos industriales, aceites
volátiles, tinturas, ácidos, éter".
"Para colorear de una forma artística la superficie de ciertos bombones, nosotros empleamos ‘Colores
sin peligro’”.
"Los pralinés son además, barnizados y vueltos incorruptibles con productos químicos".
"Casi todos los dulces son envueltos en papeles impregnados en productos químicos o en delgadas
hojas de metal, los principios antivitales de la envoltura se transmiten al contenido".
"Otro capítulo se relaciona a este: Aquél de los huevos. Nosotros los destruimos radicalmente".
- ¿Qué se puede destruir dentro de un huevo? preguntó Sten. Está envuelto de una caparazón dura. No
se puede cambiar nada en su interior. . .
- ¡Está Ud. equivocado! La destrucción comienza desde el corral. Allí, para que las gallinas pongan
huevos más precoces y abundantes se les administra el antibiótico Oxitetraciclina. Además, algunos
productores las guardan constantemente encerradas y en la oscuridad completa. Dos o tres veces por día las
inundan con luz de neon. El ritmo de los días y noches es acelerado, y las pollas ponen más de una vez en 24
horas.
- ¡Huevos totalmente naturales! agregó el Diablo.
- Recuerden Uds. que la cáscara de los huevos es permeable. Aquellos que se quiere conservar se
sumergen en cal, bórax y nitrato de potasio, sal de cocina, permanganato de potasio, formalina, alumbre en
solución, glicerina, ácido bórico, ácido benzoico y ferro sulfato. Todo esto penetra en el interior del huevo.
"Otro procedimiento consiste en desecar la sustancia del huevo: se obtiene el huevo en polvo,
envuelto en papel de estaño, mezclado a colorantes alquitranados, harina de maíz y carbonato de soda. La
yema de huevo líquida, -muy de moda- se hace estable con fenol, sulfito de sodio, glicerina, ácidos benzoico,
salícico y bórico, benzoato de sodio, etilésteres y propilésteres del ácido benzoico. Todos estos venenos son
autorizados".
"En las grandes galleterías, sólo se usa la yema de huevo líquida o en polvo, porque los huevos
verdaderos serían muy costosos y difíciles para manipular, transportar. Ustedes no comen un biscocho, ni una
pasta al huevo que no contengan, en armoniosa unión, los tóxicos que acabo de enumerar".
"¡Pero por poco me olvido del chocolate! ... ¡El querido, el buen, el incomparable chocolate!".
La Cocina del Diablo – Gunther Schwab 61