Page 61 - La Cocina del Diablo
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- Debo hablarles aún del azúcar, esto es de una prioridad importante.
- ¡Sea breve!
- Debería haber dicho más bien: "edulcorantes". Porque, entre los pasteleros es raro que el gusto dulce
sea dado por el azúcar verdadero. Ellos disponen, para comenzar, de sacarina, que es anhídrido y ácido
ortosulfaminobenzoico. Para fabricarla se parte del tolueno bruto, un subproducto del alquitrán de hulla. Se le
trata al calor, con ácido sulfúrico concentrado. Luego se agregan carbonatos de calcio y de sodio, penta
cloruro de fósforo, cloro, amoniaco gaseoso.
- Salvo error, dijo Francoise, la inocuidad total de la sacarina ha sido reconocida.
- ¡Guarde esta ilusión señorita! Ud. ha conocido sólo las comunicaciones que emanan, de mis agentes,
de los menos expertos que han estudiado la acción de los azúcares sintéticos en los organismos, por espacio
de algunas semanas; ¡cuanto mucho algunos meses! Tales lapsos son bastante breves para que puedan ser
constatados los efectos de un veneno tomado en dosis mínimas, pero en forma permanente.
"Se necesitarían por lo menos treinta años para poder observar lo que realmente sucede".
"Una cosa es cierta: todos los azúcares sintéticos derivan indirectamente del alquitrán. Ellos son
profundamente extraños. Es decir hostiles, a las células del cuerpo humano".
"La acción de la sacarina en los riñones y el estómago es similar a aquella del alcohol, la cafeína, la
nicotina, ¡Ella aumenta la secreción del ácido clorhídrico, irrita los riñones, ataca los objetos de cuero!
"Además la sacarina no está sola en la causa. He aquí por ejemplo, la excelente dulcina, una
parafenetilcarbamida. Se le prepara con la ayuda de un gas asfixiante de guerra: el Fosgeno. Ella provoca el
cáncer al hígado".
Francoise saltó:
- ¡La dulcina está prohibida en el muño entero, desde 1947, porque es cancerígena! ¿Porque no lo dice
Ud.?
Azo no se hizo problemas.
- Pero siempre queda que el combate de mis adversarios contra la dulcina duró sesenta años. Ellos
ganaron, lo admito, pero durante estos sesenta años el flagelo ha tenido tiempo suficiente para actuar.
"Además, a mí no me toman desprevenido: tengo en el bolsillo la glucina, una sal sulfúrica de
Triazón, derivada de productos de alquitrán llamados diaminoazobenzol y benzaldehído".
- Este veneno también está prohibido en muchos países, afirmó la doctora.
El demonio se alzó de hombros:
- ¡Aquello no quiere decir nada! . . . Tengo un combinado propoxydico de éter aminonitrofénico, cuyo
poder de endulzar es diez veces mayor que el de la sacarina. Diluido al 1 por 4000, no se le puede distinguir
del gusto del azúcar. En dosis concentradas, -ejerce, así como la dulzana, su émulo-, un efecto anestésico tres
veces más poderoso que aquél de la cocaína. Se le llama: P. 4,000. Ingerida por ratas en dosis de 0,01% les
da cáncer, exactamente como la dosis de la dulcina. El P. 4,000 es tolerado por las autoridades y se le emplea
constantemente".
"¡Pero esto no es más que la elite de mis venenos azucarados! Ellos son nuestros auxiliares más
preciosos en nuestro esfuerzo por arruinar la salud humana".
- Yo no puedo creer que hoy se utilicen aún estos sustitutos del azúcar en cantidades notables, dijo
Alfred. Todos los confiteros y pasteleros garantizan que sus productos se hacen con elementos puros.
- ¡Ciertamente! ¡Productos químicamente puros! El consumo de azúcares artificiales es inmensa. En
Alemania Occidental, en 1955, fueron importados alrededor de unos 2, 1 millones de marcos de ellos.
- Siendo la tasa aduanera elevada, no existe ningún riesgo de que el gobierno frene esta importación,
hizo hincapié Belcebú.
- Verdaderamente, la pastelería es una de mis hijas predilectas, Lo ven Uds. ¡Yo no podía ahorrarles
esta parte de mi informe! La química ofrece a los pasteleros, en pequeñas cajas y pequeños pomos, todos los
perfumes, todos los colores, todos los sabores imaginables. Ellos no tienen mas que abrir el armario de
venenos ... ¡Y de eso no se privan! En este sector, ya nada es natural.
La Cocina del Diablo – Gunther Schwab 60