Page 60 - La Cocina del Diablo
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"Dado  que  las  grasas  más  compactas  son  más  fáciles  de  manipular  y  almacenar,  se  endurecen  los
         aceites por hidrogenación. Como catalizadores se utilizan finas partículas de níquel, cobalto, oxido de cobre,
         oxídulo  de  fierro,  paladión,  platino.  Se  agita,  se  rocía,  se  pulveriza  todo  bajo  una  fuerte  presión  y  a  una
         temperatura de 100 a 180  grados. Claro está, ninguna sustancia vital resiste a este tratamiento.  Trazas de
         metal subsisten en la grasa, pero los químicos las consideran inofensivas. Luego del enfriamiento, la materia
         ha tomado una consistencia sólida. Este endurecimiento anula las vitaminas y los ácidos grasos no saturados.
         Quedan en la grasa los ácidos grasos saturados, de fórmula ramificada, que son fuertemente cancerígenos".
                "En seguida, en mezcladores de rotación rápida, se hace de esta grasa una emulsión acuosa, se enfría,
         se  amasa,  se  agregan  vitaminas  sintéticas,  colorantes  y  aromas  químicos.  Para  imitar  el  sabor  de  la
         mantequilla  se  usan  los  ácidos  propiónico  y  butílico,  éter  butiletílo,  diacetilo.  La  colesterina  mejora  los
         vapores de la fritura; para que ésta se vuelva marrón y sea cremosa, se adiciona la grasa de yema de huevo
         artificial, glucosa, azúcar, caseína, cera, leticina, aceite oxidado de soya, diacetilo y colorantes. Finalmente
         para que la margarina se conserve se le pone ácido benzoico y ácido bórico, o aún bórax. Estos cuerpos son
         ya peligrosos en dosis mínimas, a dosis más fuertes han causado envenenamientos mortales. El ácido bórico,
         en especial, se elimina muy lentamente, se acumula en el organismo".
                "Entre los colorantes habituales de estas grasas, mencionemos el amarillo mantequilla, derivado del
         alquitrán (el dimetilaminoazobenzol), desgraciadamente prohibido en algunos países, por ser cancerígeno. Se
         encuentra  siempre  en  mantequillas  de  importación.  Mencionemos  también  el  aceite  anaranjado  E  (el
         benzolazobetanaftol), que produce cáncer al hígado en los ratones".
                "El  consumo  de  margarina  en  Alemania  del  Oeste,  ha  sido,  en  el  año  1954  de  620000  toneladas,
         representando 120000 pequeños panes cúbicos".
                Mudos y casi insensibles, los tres invitados del Diablo se dejaron ametrallar por esa abundancia de
         palabras. Ya no se molestaban en hacer objeciones. Ni siquiera se preocupaban por contradecir.
                Sin duda, el reportero tendenciosamente había graduado y exageradoras cosas. . . pero debían quedar
         suficientes hechos exactos para fatigar el espíritu.
                El Patrón parecía dormir.
         -      ¿Por cuánto tiempo demorará Ud. aún? preguntó él al fin.
         -      Ya llego al final. ¡Tenga paciencia, por favor! He resumido bastante. . . yo no le he comunicado lo
         esencial.
         -      ¿Si lo que Ud. dice es  cierto, suspiró Alfred, que otra  cosa nos queda  para  comer que no  entrañe
         peligro?
                Azo sonrió con condescendencia.
         -      ¡No es a mí a quien tienen que preguntar estas cosas, sino a vuestros proveedores! A menos que Uds.
         no cultiven en forma conveniente vuestro propio jardín.
         -      Yo creo, señor Azo, que Ud. nos ha descrito las posibilidades, más que las realidades, observó Sten. -
                Ud. me subestima.
         -      ¡Ciertamente existen aún productores y negociantes que despachan mercadería pura y sana!
         -      ¡Hum!  ¿Por  qué  no  se  ve  casi  nunca un  productor,  un  mayorista,  un  fabricante  o  un  tendero,  que
         declare: "Mi mercadería es natural y no contiene ningún veneno" ¿Por qué. . . han encontrado Uds. acaso un
         productor o un revendedor que se atreva a comprometer su responsabilidad de esta forma? ¿Afirmar que su
         mercadería no ha sido desnaturalizada en ninguna forma?. . . . ¡Ven Uds.! Si alguien se le permitiría, nuestros
         afiliados lo acosarían con el fin de proteger la venta de víveres adulterados.
                "En resumen, creo haberles demostrado que he logrado eliminar toda materia merecedora al nombre
         de ‘materia grasa’, sustancia indispensable para la vida".
         -      He,  he,  rió  el  Patrón  beatamente.  ¡Aquí  reconocemos  bien  la  garra  del  Diablo!  Parecería  que  las
         grasas estuvieran aún ahí, apetitosas, limpiamente empaquetadas. . . pero en realidad ellas ya no existen. Es
         un buen juego de prestidigitación. ¡Azo!
         -      Por otro lado, añadió Azo, muy orgulloso, mis cómplices presentan a estos pequeños panes como si
         fuera un producto de excelente calidad. Esto es superchería.
         -      ¿Qué le queda aún por decirnos?

         La Cocina del Diablo – Gunther Schwab                                                                59
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