Page 220 - Libro Orgullo y Prejuicio
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Cuerpo es altamente provechosa tanto para él como para mi sobrina. La
intención del señor Wickham es entrar en el Ejército regular, y entre sus
antiguos amigos hay quien puede y quiere ayudarle a conseguirlo. Se le ha
prometido el grado de alférez en el regimiento del general X, actualmente
acuartelado en el Norte. Es mucho mejor que se aleje de esta parte del
reino. Él promete firmemente, y espero que sea así, que hallándose entre
otras gentes ante las cuales no deberán desacreditarse, los dos serán más
prudentes. He escrito al coronel Forster participándole nuestros arreglos y
suplicándole que diga a los diversos acreedores del señor Wickham en
Brighton y sus alrededores, que se les pagará inmediatamente bajo mi
responsabilidad. ¿Te importaría tomarte la molestia de dar las mismas
seguridades a los acreedores de Meryton, de los que te mando una lista de
acuerdo con lo que el señor Wickham me ha indicado? Nos ha confesado
todas sus deudas y espero que al menos en esto no nos haya engañado.
Haggerston tiene ya instrucciones y dentro de una semana estará todo listo.
Entonces el señor Wickham se incorporará a su regimiento, a no ser que
primero se le invite a ir a Longbourn, pues me dice mi mujer que Lydia
tiene muchos deseos de veros a todos antes de dejar el Sur. Está muy bien y
os ruega sumisamente que os acordéis de ella su madre y tú.
Tuyo,
E. Gardiner.
El señor Bennet y sus hijas comprendieron las ventajas de que Wickham
saliese de la guarnición del condado tan claramente como el señor Gardiner;
pero la señora Bennet no estaba tan satisfecha como ellos. Le disgustaba mucho
que Lydia se estableciese en el Norte precisamente cuando ella esperaba con
placer y orgullo disfrutar de su compañía, pues no había renunciado a su ilusión
de que residiera en Hertfordshire. Y además era una lástima que Lydia se
separase de un regimiento donde todos la conocían y donde tenía tantos
admiradores.
—Quiere tanto a la señora Forster, que le será muy duro abandonarla. Y,
además, hay varios muchachos que le gustan. Puede que los oficiales del
regimiento del general X no sean tan simpáticos.
La súplica —pues como tal había de considerarse de su hija de ser admitida
de nuevo en la familia antes de partir para el Norte— fue al principio
rotundamente denegada; pero Jane y Elizabeth, por los sentimientos y por el
porvenir de su hermana, deseaban que notificase su matrimonio a sus padres en
persona, e insistieron con tal interés, suavidad y dulzura en que el señor Bennet
accediese a recibirles a ella y a su marido en Longbourn después de la boda, que
le convencieron. De modo que la señora Bennet tuvo la satisfacción de saber que
podrían presentar a la vecindad a su hija casada antes de que fuese desterrada al