Page 45 - Libro Orgullo y Prejuicio
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—Creo que en todo individuo hay cierta tendencia a un determinado mal, a
un defecto innato, que ni siquiera la mejor educación puede vencer.
—Y ese defecto es la propensión a odiar a todo el mundo.
—Y el suyo —respondió él con una sonrisa— es el interpretar mal a todo el
mundo intencionadamente.
—Oigamos un poco de música —propuso la señorita Bingley, cansada de una
conversación en la que no tomaba parte—. Louisa, ¿no te importará que despierte
al señor Hurst?
Su hermana no opuso la más mínima objeción, y abrió el piano; a Darcy,
después de unos momentos de recogimiento, no le pesó. Empezaba a sentir el
peligro de prestarle demasiada atención a Elizabeth.

